La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de las Naciones Unidas elogió en su informe anual, correspondiente a 2011, las prácticas contra el narcotráfico y las acciones de seguridad pública del gobierno de la ciudad de Río de Janeiro.
La JIFE destacó en su informe el control por parte de las autoridades de las "favelas" (barrios pobres), con el despliegue de una policía de proximidad y las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) que se instalaron en las "favelas", una vez expulsados los narcotraficantes.
El caso de Brasil está citado en el primer capítulo del informe anual de la JIFE, que aborda el problema de las drogas ilegales en el mundo.
En él se destaca que el país consiguió recuperar el control, restaurar la ley y detuvo a varios jefes de las bandas de narcotraficantes en las "favelas" que eran dominadas por las drogas y delincuentes fuertemente armados, gracias a una serie de acciones de alto nivel y con la actuación conjunta de la Policía y el Ejército.
Según la JIFE, "el compromiso con los policías comunitarios, que trabajan en la construcción de las relaciones con los habitantes locales", muchas veces a través de iniciativas que parecen acciones sociales, a través de relaciones de confianza mutua con la comunidad que contribuyen a garantizar la seguridad de aquellas áreas.
El informe destaca también que el uso de patrullas comunitarias, la mejora de los servicios sociales, la oferta de oportunidades de ocio y la revitalización urbana pueden ayudar a desarrollar una cohesión social en comunidades que sufrieron con la desintegración social. Fin