(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Las autoridades brasileñas limitarán la entrada al país de inmigrantes de Haití con el propósito de frenar el arribo masivo de ciudadanos de esa nación caribeña registrado en las últimas dos semanas, informó José Eduardo Cardozo, ministro de Justicia, tras una reunión con la presidenta Dilma Rousseff y otros cinco ministros.

A partir del próximo jueves, Brasil cerrará sus fronteras a los haitianos y limitará la entrada a quienes consigan un visado en su embajada en Puerto Príncipe, si bien legalizará la situación migratoria de quienes ya han entrado a territorio brasileño provenientes de Haití.

De los 4.000 haitianos que se estima se encuentran en el país en estos momentos, 1.600 ya han sido regularizados y el objetivo es normalizar la situación del resto, a los que se concederá un “visado condicionado” válido por cinco años, explicó Cardozo.

Si bien desde febrero de 2010, tras el devastador terremoto que afectó a Haití, las autoridades migratorias brasileñas han detectado un sostenido incremento en el arribo de inmigrantes haitianos, son los arribos registrados en las últimas dos semanas las que han hecho saltar las alarmas.

Muchos de los recién llegados se encuentran en precarias condiciones de salud y presentan claras señales del maltrato al que se han visto sometidos por los traficantes que por 1.500-1.600 dólares les consiguen pasajes de avión hasta Ecuador o Colombia y les conducen luego en una larga travesía por tierra.

“Brasil tiene una política de derechos humanos y reconocimiento del problema de Haití, por eso estamos haciendo eso. Pero no podemos aceptar que sea una situación sin ningún control”, afirmó Cardozo y adelantó que la estrategia del Gobierno para hacer frente a este fenómeno contempla también el establecimiento de acuerdos con Perú, Ecuador y Bolivia para desmontar el tráfico de inmigrantes y perseguir a los coyotes.

La agencia para la ONU de refugiados (ACNUR) declaró a AFP que la llegada masiva de haitianos a Brasil no se debe a una “crisis humanitaria”, aunque reconoció que el flujo de personas obedece a una “situación complicada” y agradeció al Gobierno de Rousseff por su “generosidad”.