Con marcadas ausencias de mandatarios y en medio de la incertidumbre por el desempeño de las economías europeas y de Estados Unidos, quedó inaugurada la XXI Cumbre Iberoamericana.

Aunque América Latina muestra un dinamismo económico por su intercambio comercial con China y otros países asiáticos, el presidente paraguayo, Fernando Lugo, y el secretario iberoamericano, Enrique Iglesias, expresaron preocupación por la tensión que se vive a nivel económico en los países desarrollados.

Lugo destacó que esta cumbre se celebra en momentos de crisis internacional y cuando a ese panorama se suma un nuevo elemento que son "las movilizaciones ciudadanas", en alusión a los movimientos de "indignados" y protestas estudiantiles en Chile, Colombia y otros países.

Por diversos motivos, justificaron su ausencia los otros mandatarios del Mercosur: Argentina, Brasil y Uruguay, así como los presidentes de Venezuela, Cuba, El Salvador, Costa Rica, República Dominicana, Nicaragua y Colombia.

Ha sido la cumbre menos concurrida de gobernantes de la Comunidad Iberoamericana desde que se creó en 1991 con todos los países latinoamericanos de habla española y portuguesa, junto a España y Portugal.

En su discurso de bienvenida, Lugo explicó el contenido del tema central de esta Cumbre, que es "Transformación del Estado y Desarrollo", cuyo objetivo es fortalecer la economía con un Estado más transparente que logre un mayor acercamiento a los ciudadanos.

Argumentó la necesidad de que exista en la región un Estado que "sea garantía de sociedad más equitativa, sin excluidos, sin hambre, con derecho a la salud y a la educación".

El mandatario recordó a que en la década de los 90 "nuestros países fueron conducidos a graves crisis sociales por los movimientos neoliberales", los cuales propugnaban la reducción del Estado y preponderante del mercado.

"Hemos aprendido la lección, nuestros pueblos democráticamente eligieron reconstruir nuestros Estados y hoy tenemos gobiernos con gran vocación social, que rescataron la soberanía económica y nuestra dignidad como pueblo", comentó.

Destacó que "los pueblos iberoamericanos apuntamos a construir un espacio donde el Estado ofrezca participación social", indicando que sea un Estado donde las inversiones y el mercado se rijan por organismos estatales.

Además, dijo, ese Estado debe garantizar el acceso a la salud y la educación, formando una alianza estratégica entre la sociedad y el mercado. Opinó que "hay que adecuar las estructuras del Estado en función de la sociedad", y llevar a cabo su gestión de una manera eficiente.

Previamente, en la inauguración habló el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, quien también hizo referencia a la crisis internacional y esbozó una propuesta para evitar el famoso contagio a los países de Iberoamérica.

"Ahora nos enfrentamos a una crisis de mayores proporciones" que pudiera afectar a los países emergentes y en desarrollo, manifestó.

Por ello, sugirió "tener cuidado de que no se nos vayan algunas variables macroeconómicas, cuidado con la inflación, del desbalance financiero; impulsar una educación de calidad, dar una batalla por la equidad y modernizar las instituciones públicas".

En la reunión de cancilleres surgió la propuesta de felicitar a las máximas autoridades españoles por el anuncio que puso fin a las actividades de ETA, calificada en España como terrorista, pero finalmente se decidió que fuera Iglesias, a título personal que hiciera, que lo expresara en la inauguración, como lo hizo.

Durante el debate del proyecto de "Declaración de Asunción", propuesto de Paraguay, se produjo una fuerte discusión entre los representantes de Chile y Bolivia.

El texto hacía referencia a la situación de Paraguay como país "en desarrollo sin litoral (marítimo) con necesidades y vulnerabilidades en su economía", lo cual fue aprovechado por Bolivia para proponer que se incluyera a países "privados de su acceso marítimo", lo que generó el rechazo de Chile.

Bolivia mantiene una histórica demanda por recuperar el litoral que le fue arrebatado por Chile durante la Guerra del Pacífico (1879-1883), donde también perdió territorios Perú.

El canciller paraguayo propuso una salida alternativa a ambos países, consistente en destacar la "situación especial de los países en desarrollo sin litoral", propuesta que deberá ser revisada por las otras naciones.

Fuentes de la conferencia confirmaron que también hay un proyecto de documento que pide el fin del bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba, tras la aprobación mayoritaria que obtuvo recientemente en la Asamblea de las Naciones Unidas.

En el marco de la cumbre, se efectuó el Foro Empresarial Iberoamericano, donde se dedicó una sesión a analizar las perspectivas de las relaciones de esta comunidad con China, que fueron valoradas altamente por los hombres de negocios de varios países.

Entre los presentes estaban el rey de España, Juan Carlos I; los presidentes y jefes de gobierno José Luis Rodríguez Zapatero (España); Antoni Martí Petit (Andorra); Ricardo Martinelli (Panamá); Aníbal Cavaco Silva (Portugal); Ollanta Humala (Perú); Leonel Fernández (República Dominicana); Alvaro Colom (Guatemala); Evo Morales (Bolivia); Sebastián Piñera (Chile) y Felipe Calderón (México).

También están los vicepresidentes Michel Temer (Brasil), Alfio Piva (Costa Rica), Angelino Garzón (Colombia) y María Antonieta Guillén (Honduras), y los cancilleres Nicolás Maduro (Venezuela), Hugo Martínez Bonilla (El Salvador), Bruno Rodríguez (Cuba), Samuel Santos (Nicaragua) y Héctor Timerman (Argentina).

El ministro de Relaciones Exteriores de Haití, Laurent Lamothe, asiste a la cumbre en calidad de invitado.

Mañana comienza la plenaria de la cumbre, donde los jefes de delegaciones pronunciaran sus discursos en torno al tema de la cumbre y seguramente habrá menciones a la crisis que afecta a Europa y Estados Unidos.

Al concluir los trabajos de esta cita iberoamericana, se realizará una cumbre de los 12 países que conforman la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), cuya secretaría pro tempore asumirá Paraguay. Fin