América Latina y el Caribe deben cerrar las grandes brechas tecnológicas y de productividad que presenta la región para aumentar significativamente los rendimientos y la producción de alimentos, consideraron hoy organismos de Costa Rica.

Esta recomendación fue hecha por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la oficina regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto Interamericano de Agricultura (IICA).

Estas agencias presentaron en San José, Costa Rica, el informe "Perspectivas de la agricultura y el desarrollo rural en las Américas: una mirada hacia América Latina y el Caribe 2011-2012" ante los ministros de Agricultura de las Américas.

El director de IICA, Víctor M. Villalobos, dijo que "las recomendaciones del informe coinciden con los diálogos sostenidos por los ministros, centrados en la necesidad de invertir en innovación agrícola para posicionar el agro como motor del desarrollo".

El representante regional de la FAO, José Graziano da Silva, planteó que "la región debe aprovechar los altos precios de los alimentos para repartir equitativamente los frutos del crecimiento, estimulando la producción de la agricultura familiar, ampliando su acceso a recursos naturales, financieros y a los mercados".

La secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, señaló que se requiere "más innovación para enfrentar los retos que el cambio climático le impone a la agricultura y para que la producción agrícola opere respetando los balances naturales que nos aseguran la supervivencia como sociedad".

"La innovación es fundamental para transitar hacia una agricultura baja en carbono", destacó.

En 2010, el desempeño agrícola regional fue positivo comparado con el año anterior, siendo los cereales el rubro más sobresaliente, con un aumento en la producción superior a siete por ciento respecto a 2009.

No obstante, el crecimiento ha sido diferenciado: mientras la agricultura de la subregión sur, exportadora de cereales y oleaginosas (que suministran aceite), tuvo tasas de crecimiento mayores al 4,5 por ciento, las del resto de subregiones de América Latina y el Caribe no superaron el 2,5 por ciento.

De acuerdo con el informe, el contexto de volatilidad y precios altos de los alimentos se mantendrá en el corto y mediano plazo.

Se estima que la producción agrícola de este año aumente debido a las buenas perspectivas de los precios de los principales productos y materias primas agrícolas (commodities agrícolas).

Sin embargo, sigue pendiente la necesidad de aplicar políticas que aseguren en el largo plazo un mejor desempeño de la agricultura, especialmente aquellas que promueven la innovación y la adaptación al cambio climático, indicó el informe.

Respecto a la pesca, el crecimiento de la acuicultura ganó importancia, mientras que la pesca extractiva registró indicios de sobreexplotación y este sector alcanzó su máximo nivel de producción sostenible.

El crecimiento de la demanda de Asia será un incentivo importante para el aumento de la producción.

En cuanto a los bosques, se planteó que "está aumentando la producción y el comercio de productos forestales y se ha desacelerado la pérdida de la cobertura forestal, a la vez que se promueven, de manera creciente, mecanismos de pago por servicios ambientales a las comunidades rurales".

Sobre el bienestar rural, el informe indicó que la crisis global tuvo un impacto negativo menor de lo esperado, pues durante 2009 la pobreza en toda la región alcanzó 0,1 puntos porcentuales y la indigencia 0,4 puntos porcentuales, siendo el incremento en las zonas rurales levemente superior al de las urbanas.

Además señaló que la evolución de la pobreza rural estuvo estrechamente relacionada con la evolución del sector agropecuario y de la economía en general.

El informe concluyó que la pobreza creció solo levemente gracias al resultado de los programas de asistencia social y de las transferencias condicionadas implementados por la mayoría de los países de la región. Fin