La muerte de libio Muammar Gaddafi, ocurrida hoy, constituye un momento decisivo para Libia ya que finalmente puso fin a la mayor cuestión sin resolver y a sus 42 años en los escenarios regionales e internacionales.
Gaddafi, de 69 años de edad, murió luego de más de ocho meses desde que la OTAN empezó su campaña de bombardeos contra Libia. Durante este turbulento período, miles de libios han perdido la vida y varias localidades del país se han hundido en una crisis humanitaria.
El final de la vida de Gaddafi antes que nada terminará con el conflicto interno en Libia y luego creará la oportunidad de que el país retorne a la estabilidad.
Su muerte priva a sus seguidores políticos y militares de un líder, así como de razones para continuar la confrontación con las autoridades de transición. A partir de ahora, se espera que el gobernante Consejo Nacional de Transición (CNT) dirija sus esfuerzos a lograr la reconciliación nacional y la reconstrucción política, económica y social.
Sin embargo, la muerte de Gaddafi no necesariamente significa un escenario fácil para el futuro del país. Los elementos restantes de las fuerzas armadas de Gaddafi, los conflictos entre regiones, tribus y partidos políticos, la proliferación de armas entre civiles, la intervención de potencias extranjeras y los ataques de extremistas y de terroristas, se añadirán a la compleja e impredecible situación en el país.
En este sentido, la muerte de Gaddafi en realidad marca el inicio de nuevas rondas de disputas y de luchas en la era posterior a Gaddafi, con pocas probabilidades de que disfrute de un escenario pacífico en el futuro próximo.
Luego de sobrevivir a la turbulencia, el pueblo libio ahora debe buscar la paz y la reconstrucción. Sanar las heridas causadas por la guerra y reanudar la construcción económica son asuntos urgentes para el país.
La comunidad internacional debe ponderar el papel que desempeñará para ayudar a Libia a regresar al camino de la estabilidad y del desarrallo.
Se espera que la elección de pueblo sea respetada y que sus intereses sean tomados en cuenta.
Mientras que la vida de Gaddafi se apagó en las llamas de la guerra, Libia empieza a abrir una nueva página de su historia. Un deseo compartido ampliamente es que el país pueda superar la violencia y el conflicto y ser favorecido con la paz. Fin