La situación económica mundial es "muy grave", con una posibilidad de recesión de más del 50 por ciento, dijo el laureado economista chileno Sebastián Edwards, en entrevista publicada hoy por el diario La Tercera.
"La situación es, de verdad, muy grave. Además de eso, el hecho de que no tenga precedentes históricos la hace más compleja", indicó.
Autodefinido como "socialmente progresista, políticamente anti-militar, y fuertemente pro-mercado", Edwards es profesor de la Universidad de California de los Angeles (UCLA), de Estados Unidos, y ex economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
Sobre la solución de la crisis de la economía de Estados Unidos, comentó que "desde un punto de vista técnico, es fácil", pero subrayó que "hemos sido testigos de una incompetencia increíble y suicida de parte de ambos partidos políticos estadounidenses".
A su juicio, ese país "tiene que hacer una operación Twist fiscal, consistente en reducir fuertemente los gastos futuros, incluyendo los gastos en programas sociales, al tiempo que se aumentan, ahora mismo, los gastos del sector público".
Agregó que también "se necesita una reforma tributaria profunda. El problema de todo esto, que parece tan simple, es políticamente imposible en un país radicalizado hasta la médula".
Al comentar la compra que hizo la Reserva Federal (Fed, banco central) de Estados Unidos de 400.000 millones de dólares en bonos del Tesoro de largo plazo, dijo que esa institución ha hecho "una evaluación muy negativa".
"La Fed dijo que los riesgos de que la situación empeorara eran sustanciales y que había importantes tensiones en los mercados financieros internacionales. La caída de los mercados en casi 700 puntos entre miércoles y jueves es una reacción a esta apreciación negativa sobre el futuro", indicó.
Insistió en que la gente piensa: "Si la Fed cree que la situación es grave, el problema debe ser muy serio". El derrumbe de los mercados poco tiene que ver con la operación Twist.
Opinó que uno de los principales objetivos de la operación Twist es señalarle al público que la Fed está consciente de los problemas existentes y que aún tienen instrumentos que puede utilizar.
"El problema es que esta acción de la Fed no es más que una gota en el desierto. Ni los políticos estadounidenses ni los europeos han estado a la altura de las circunstancias, y eso ha producido un desplome de las expectativas y la credibilidad", sentenció.
Respecto a la crisis de Grecia, dijo que ese país "tiene que reestructurar su deuda, aun cuando esto genere pérdidas sustanciales para los inversionistas. Esas pérdidas serían mucho menores que los costos de la estrategia actual", precisó.
Añadió que esos costos se reflejan de dos maneras: en la caída estrepitosa del Producto Interno Bruto (PIB) en Grecia y en una falta de confianza en el sistema. "Y esta desconfianza es lo que está detrás de las olas de ataques especulativos en contra de Italia, España y Bélgica".
Sobre Chile, enfatizó que "el problema de Chile no es económico, es político".
Tras sostener que "la economía chilena anda entre el bien y el muy bien", criticó la actuación que tanto el gobierno como la oposición han tenido, por ejemplo, en episodios como el conflicto estudiantil, que lleva cuatro meses exigiendo una reforma de la educación.
"Nuestro problema es un gobierno sin visión ni creatividad y una oposición sin altura de miras ni memoria histórica", subrayó.
Consideró que el problema de Chile "tiene que ver con una incapacidad para comprender los anhelos, miedos y frustraciones de la población".
Ante una probable recesión, sugirió que Chile tiene que hacer mayor gasto en infraestructura, incluyendo en establecimientos educacionales; rebajar del Impuesto al valor agregado (IVA) en un punto, e incentivar la inversión privada, incluyendo la repatriación de capitales.
Pronosticó que mientras el cobre siga bajando, el peso chileno seguirá debilitándose, indicando que un dólar alto beneficia a los países emergentes que dependen de las exportaciones para crecer. Fin