La Ciudad de México, una urbe de 20 millones de habitantes, asentada sobre una cuenca cerrada propensa a las inundaciones, contará en el 2014 con el proyecto de infraestructura hídrica más grande del mundo, para el desalojo de aguas negras, aguas residuales y pluviales.
La construcción del Túnel Emisor Oriente (TEO) que comenzó el 13 de agosto de 2008, será concluido en el 2014 según ha informado a Xinhua la Comisión Nacional del Agua (Conagua) quien está a cargo de la obra.
El Túnel Emisor Oriente que actualmente cuenta con un avance en su construcción del 37 por ciento, tendrá un diámetro de siete metros en su interior a lo largo de los 62 kilómetros que recorrerán tres entidades del país (Distrito Federal, Estado de México e Hidalgo) y servirá para desalojar en promedio 150 metros cúbicos de agua por segundo, lo que duplicará la capacidad actual del drenaje.
Actualmente, la capital mexicana tiene en sus entrañas una red de 12.600 kilómetros de drenaje, que a veces resulta insuficiente durante esta época del año en el que las lluvias han cambiado sus características y resultan más intensas.
Para el proyecto del TEO se han cavado hasta el momento 24 lumbreras cuya profundidad va de 26 hasta 150 metros, que "sirven en la etapa constructiva para sacar el material de la excavación y para meter los equipos que van a servir para excavar el túnel", explicó a Xinhua el ingeniero de la obra, Ariel Flores Robles.
Agregó que una vez que se aprovechen en la etapa de operación, esas mismas lumbreras servirán como ventilación, para las aguas residuales que se conducirán por ahí.
El TEO forma parte del Programa de Sustentabilidad Hídrica de la cuenca del valle de México, y según Conagua representa para el gobierno federal mexicano una inversión de más de 60 mil millones de pesos (alrededor de 4.800 millones de dólares), además, beneficiará a más de 20 millones de personas que habitan en la zona metropolitana.
El Túnel Emisor Oriente comienza en la segunda lumbrera del túnel interceptor del Río de los Remedios en el Estado de México y termina en Atotonilco de Tula, en Hidalgo, cerca del actual portal de salida del Túnel Emisor Central, en su confluencia con el Río El Salto.
Esta obra de ingeniería permitirá contar con una salida complementaria y alterna al Emisor Central, que en temporada de lluvias, funcionará de manera simultánea con el actual drenaje profundo y, de forma regular, lo hará alternadamente para facilitar su mantenimiento, explicó Flores Torres.
La operación del Túnel Emisor Oriente evitará el riesgo de grandes inundaciones en el valle de México, ya que según estudios del Instituto de Ingeniería de la UNAM, si se llegara a bloquear el Emisor Central, principal componente del drenaje profundo de esta zona, se registraría una gran catástrofe en el valle de México.
Este proyecto además trae consigo beneficios económicos, pues de acuerdo a la Conagua, creará 7 mil empleos directos y 5 mil indirectos; además, cuenta con la colaboración de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Secretaría de la Función Pública, el Gobierno del Distrito Federal, el del Estado de México y el de Hidalgo.
Los principales problemas de la Ciudad de México, durante la época de lluvias, son las inundaciones provocadas por la basura que va a parar al drenaje y además porque cuenta con un sólo drenaje, tanto para el desague pluvial, como el sanitario, algo que sin duda cambiará con el Túnel Emisor Oriente.
El director de la Unidad Tormenta, un operativo del gobierno de la capital mexicana, Miguel Ricaño, consideró en entrevista con Xinhua que este nuevo proyecto liberará de presión la red de drenaje de esta ciudad.
El funcionario recordó que hay razones históricas para que esta urbe tenga entre sus retos más grandes lidiar con el agua, ya que "esta ciudad fue erigida sobre un lago de 7.000 kilómetros cuadrados", enfatizó.
La alusión histórica de Ricaño es porque lo que ahora es conocido como el Distrito Federal, fue en el pasado la "Gran Tenochtitlan" capital del imperio azteca, fundada en el siglo XII por indígenas en medio de cinco lagos en las inmediaciones al gran lago de Texcoco.
"Porque remarco siempre 7.000 kilómetros cuadrados de lago, porque esa cantidad de agua es la que tiene que absorber el drenaje de la ciudad para que no nos inundemos", finalizó Ricaño que destacó que sin duda el TEO ayudará para desahogar toda esa agua que regresa en la época de lluvias. Fin