ESPECIAL: Jóvenes venezolanos se capacitan en "luthería"

Dentro de pocos años Venezuela puede convertirse en una potencia regional en la reparación y fabricación de instrumentos para orquestas clásicas, gracias a la capacitación que reciben cientos de jóvenes en esta actividad conocida como "luthería".

Esta labor, tradicional en países europeos como Alemania, Suiza o la República Checa, es impulsada en Venezuela por el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles, una de las iniciativas culturales más reconocidas del mundo en la lucha contra la pobreza.

El Sistema entrena en la actualidad a unos 350.000 niños y adolescentes en la ejecución de instrumentos de orquestas sinfónicas, lo cual implica que cada año cientos o miles de estos instrumentos presenten fallas, roturas o algún tipo de desgaste.

La sustitución de esos artefactos o su envío fuera del país para ser reparados representan costos excesivos para el programa social y esta necesidad dio origen a la idea de capacitar personal en territorio venezolano para la lutería.

La "luthería" dentro de Venezuela comenzó en 1982, pero vive en la actualidad un proceso de expansión, con la instalación de los Centros Académicos de Luthería (CAL) en 15 ciudades de Venezuela y la idea es crear más de un núcleo en cada uno de los 24 estados del país.

Xinhua visitó uno de los centros académicos de Caracas, ubicado en el sector Caricuao, una zona popular en el oeste de la capital venezolana en la cual habitan unas 170.000 personas.

El centro está conformado por 10 talleres en donde jóvenes ataviados con delantales de trabajo y cubiertos de aserrín trabajan afanosamente en una actividad que es casi un arte.

La actividad del núcleo está comandada por el director del CAL de Caricuao, Henry Parra, y por Rómulo Alaluna, un maestro "luthier" de 83 años de edad, originario de Perú, quien fue contratado en 1982 por la Fundación de Orquestas venezolana para iniciar la instrucción en territorio nacional.

Parra explicó que el programa de entrenamiento en "luthería" privilegia el ingreso de jóvenes de 14 a 24 años de edad, por tratarse de personas en edad académica, con mayores condiciones para aprender un oficio y menos carga familiar que dificulte su aprendizaje.

Sin embargo, por tratarse de un programa social adscrito a la Presidencia de la República, los CAL realizan una convocatoria permanente y abierta y reciben a nuevos aprendices de cualquier edad y condición educativa.

"La mayoría de estos jóvenes vienen de alguna zona deprimida de nuestra ciudad. En este caso puedo contar historias muy particulares, como jóvenes que vienen del núcleo de Carapita, otro joven que viene del núcleo de La Vega (sectores de extrema pobreza en Caracas)", indicó Parra.

El taller de "luthería" representa para los aprendices una oportunidad de crecimiento profesional, ya que al final del curso, los graduados son contratados por la Fundación de Orquestas con todos los beneficios laborales.

Antes, sin embargo, tienen que superar un exigente proceso de formación que se extiende de dos años a dos años y medio, según las habilidades de cada alumno.

Los talleres del CAL de Caricuao están abarrotados por todas partes de herramientas similares a las de un carpintero e instrumentos rotos o desmontados en varias partes.

Orientados por un facilitador, los aprendices se congregan alrededor de un contrabajo que carece de tapa, una guitarra en proceso de construcción o una serie de arcos de violín a los que hay volver a colocarles cerdas para que funcionen.

El trabajo requiere una vista aguda y manos de artesano, ya que la fabricación o reparación de instrumentos es una labor donde entran en juego medidas milimétricas, y diferencias de peso de apenas unos gramos, ante lo cual cualquier ligero error puede arruinar toda la tarea.

Leonardo Vivas es un aprendiz de 19 años de edad que incursionó hace año y medio en el entrenamiento de "luthería" para aprender a restaurar instrumentos dañados, sin embargo celebra que dentro de poco el grupo al cual pertenece comenzará a construir un violín.

"Yo soy bueno con las matemáticas un poco, las escalas, los milímetros, las pulgadas, que uno necesita ser bastante preciso y, bueno, agudizar la vista, eso es lo que estamos aprendiendo también", señaló Vivas.

El maestro Rómulo Alaluna, por su parte, quien proviene de una familia peruana dedicada a la "luthería" por generaciones, destacó como positiva la expansión de esta actividad en Venezuela, que compensa limitaciones de presupuesto con talento humano.

"Los muchachos están siempre atentos a las clases que uno dicta y están muy bien preparados (...) Hay mucho entusiasmo y bueno, los maestros también están muy bien", aseguró.

El grupo dirigido por Alaluna acaba de concluir con éxito la fabricación de una guitarra, un proceso que, de acuerdo con el maestro puede tomar entre 15 días y dos meses, actividad en la cual debe cuidarse desde la resonancia de la madera elegida, hasta la perfecta alineación entre cada cuerda.

Esa guitarra, exhibida con orgullo por sus fabricantes, pasará a formar parte de la dotación de instrumentos de un proyecto de creación de orquestas típicas de Venezuela, explicó Henry Parra.

Para ello, el CAL de Caricuao y otros núcleos hermanos están en proceso de construcción de guitarras y otros instrumentos típicos nacionales, como el cuatro, la bandola, el arpa llanera y la mandolina.

Entre los planes de expansión de la "luthería" en Venezuela, el director del núcleo de Caricuao mencionó acuerdos de cooperación con entes internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo y la Corporación Andina de Fomento, mediante los cuales "luthieres" venezolanos ofrecen talleres breves en otros países de América Latina.

Por si fuera poco, el fundador del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, José Antonio Abreu, comentó a Xinhua que hace unos meses se concretó un acuerdo entre los gobiernos de este país y de China para la construcción de una fábrica de instrumentos musicales en territorio venezolano.

El convenio prevé la puesta en marcha de la factoría a finales de este año, lo cual impulsará como nunca antes el potencial de Venezuela como fabricante de instrumentos a nivel continental. Fin

Palabras clave : Venezuela-instrumentos

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