(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Totalmente paralizada quedó Grecia desde la medianoche de este lunes por la cuarta huelga general del año, en protesta por las medidas de austeridad que implementará el Gobierno de Georges Papandreu para obtener las ayudas necesarias de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) con las que pretende evitar la bancarrota del país.

Durante 48 horas la red de transporte público (autobuses, trenes, tranvías y metro) no prestará y tampoco abrirán sus puertas las oficinas de correos y de Administración, bancos, centros públicos y ambulatorios, al igual que los centros de enseñanza. En tanto, los hospitales solo atenderán emergencias y los aeropuertos no operarán desde las 08:00 hasta las 12:00 y desde las 18:00 hasta las 22:00.

Esta es la huelga general número 17 que vive el país desde que hace un año fueron aprobadas las primeras medidas para tratar de controlar la gigantesca deuda de 350.000 millones de euros que acumula el Estado y que amenaza con llevarle a la bancarrota, la más reciente apenas dos semanas.

Al igual que en las anteriores convocatorias, los dos sindicatos mayoritarios del país, Confederación General de los Trabajadores de Grecia (GSEE, sector privado) y Adedy (funcionarios) tienen previsto realizar multitudinarias concentraciones en Atenas y otras ciudades del país.

Las convocatorias coincidirán con la votación más decisiva que probablemente haya abordado el Parlamento griego desde el restablecimiento de la democracia, en 1974, la del plan de ajuste 2012-2015, obligatorio para que la UE y el FMI desbloqueen los 12.000 millones de euros del último tramo de la ayuda aprobada para el país en mayo de 2010. Sin ese monto Grecia se declarará incapaz de pagar sus compromisos financieros en julio.

Con la teórica mayoría absoluta de que dispone el gubernamental Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok), 155 de 300 diputados, la votación del miércoles debería ser un paseo. Pero una sucesión de deserciones en sus filas amenaza con echar por tierra el objetivo del Gobierno.

Este fin de semana, dos diputados socialistas manifestaron su renuencia a apoyar el doloroso plan de ajuste, que incrementa la presión fiscal y prevé la desaparición de 150.000 puestos de trabajo en la Administración. A los dos rebeldes se han sumado en las últimas horas otros dos correligionarios, lo que, de confirmarse dejaría al Pasok con una ventaja mínima de 151 diputados, a uno solo del empate.

En medio de la difícil situación que vive el país heleno, el lunes trascendió que los bancos franceses, los más expuestos a la deuda soberana griega, dieron un primer paso para ayudar “voluntariamente” a Atenas al anunciar su disposición a prolongar su financiación hasta 30 años.

La medida, saludada por las autoridades alemanas y confirmada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, actuó como un bálsamo con los mercados de deuda que habían empezado al jornada con fuertes tensiones.

Los bancos franceses propusieron reinvertir sobre una base “voluntaria” un 70 por ciento de sus participaciones en bonos griegos cuando llegue el momento de maduración. Este 70 por ciento se repartirá entre un 50 por ciento, mediante nuevos préstamos con un plazo de vencimiento de 30 años y un 20 por ciento con bonos de cupón cero, es decir cuyos intereses no se paga hasta su vencimiento, que serán más elevados y que a su vez estarán garantizados con valores de alta calidad.

El Ministerio de Finanzas, que dirige Wolfgang Schäuble, quien desearía que las entidades financieras del país se comprometieran a una prolongación del vencimiento de la deuda de cinco años, saludó la decisión, mientras que los bancos alemanes solo están dispuestos a la prolongación de la de un año.