Una enmienda aprobada por la Cámara de Representantes de Estados Unidos que excluiría a todas las compañías que sean propiedad de o estén afiliadas al gobierno chino de participar en licitaciones del Departamento de Defensa de ese país es una violación de las reglas del comercio internacional y refleja su "mentalidad de Guerra Fría", dijeron hoy viernes analistas chinos.
A la luz de la enmienda, que transitó exitosamente por el Congreso en mayo, cualquier firma "que sea propiedad de o esté controlada, dirigida u operada por una autoridad delegada o afiliada con el Ejército Popular de Liberación (EPL) o el gobierno de la República Popular China, o que sea propiedad o esté controlada por una entidad afiliada a la base industrial de defensa de (ese país asiático)" no podrá ser contratada por el Pentágono.
La representante estadounidense Rosa DeLauro dijo que la medida "ayudará a proteger los intereses estadounidenses, no sólo en lo que respecta a la seguridad nacional sino en lo relacionado con la innovación, la generación de empleo y el crecimiento económico a largo plazo en todo el país, con lo cual EEUU seguirá siendo competitivo a nivel global".
Sin embargo, diversos analistas chinos han coincidido en que el veto es una demostración de la cada vez mayor inconformidad de Estados Unidos frente al creciente poderío nacional de China, así como de su preocupación por la eventual pérdida de su estatus predominante en el mundo.
Gu Guoliang, director del Centro de Control de Armamento y No Proloferación del Instituto de Asuntos Estadounidenses subordinado a la Academia de Ciencias Sociales de China, dijo que la acción es la más reciente demostración de su "mentalidad de Guerra Fría", y no favorece el desarrollo de las relaciones bilaterales.
"La crisis financiera internacional ha hecho de Estados Unidos un país extremadamente sensible en el aspecto político", dijo, a su vez, Zhang Yansheng, director del Instituto de Investigación de Relaciones Económicas Extranjeras de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el máximo órgano de planificación económica de China.
Zhang agregó que el país norteamericano debería seleccionar los proyectos de defensa más delicados de su extensa lista y adjudicarlos exclusivamente a compañías nacionales, y a la vez permitir la participación de empresas extranjeras en las licitaciones de proyectos de menor importancia.
"Prohibir que las empresas estatales de China suministren servicios o productos de defensa a Estados Unidos equivale a proteccionismo", añadió.
En los últimos años, Estados Unidos ha bloqueado varios proyectos de inversión chinos bajo la excusa de proteger su seguridad nacional.
En 2008, un intento de Huawei Technologies por concretar un negocio para la venta de equipos electrónicos al gigante de las redes informáticas 3Com fracasó por los "riesgos a la seguridad nacional" que supuestamente entrañaba. El negocio le hubiera significado a la firma china 2.200 millones de dólares.
Posteriormente, en 2010, su iniciativa de adquirir la compañía tecnológica 3Leaf se vino al suelo, ante la preocupación por un posible "desvío" de los activos de la empresa un vez cerrado el negocio. Y, también el año pasado, el gobierno estadounidense bloqueó las intenciones de Huawei de suministrar equipo de telecomunicaciones al operador telefónico inalámbrico Sprint Nextel.
En los tres casos, el fracaso se debió a las consideraciones de Estados Unidos sobre su "seguridad nacional".
El ataque a las inversiones chinas no sirve ni a los intereses chinos ni a los estadounidenses, aseguró Gu.
Durante el Diálogo Estratégico y Económico China-EEUU celebrado en mayo, Estados Unidos se comprometió a levantar su veto sobre las exportaciones de productos de alta tecnología a China, y además aceptó acelerar el proceso de reconocimiento de China como una economía de mercado.
Sin embargo, la enmienda fue bien recibida por varios representantes. Frank Wolf, uno de los ponentes, dijo que las empresas chinas, que ya en el pasado han tratado de ganar contratos del Departamento de Defensa, "no son ni más ni menos que brazos de Beijing y del EPL".
"Esa afirmación no tiene fundamento, y además es un montaje", dijo Li Shuisheng, analista de la Academia de Ciencias Militares de China.
"Estados Unidos debería dejar de mezclar la política con los asuntos económicos. De lo contrario, la confianza política mutua y la cooperación bilateral se verán menoscabadas", aseveró Li, para quien la enmienda es una muestra de la reticencia estadounidense al fortalecimiento de los intercambios militares bilaterales. Fin