El presidente de la Cámara de la Producción, la Industria y el Comercio Argentino-China, Carlos Spadone, calificó hoy al país asiático como "un socio estratégico maravilloso" e instó a los empresarios a ser "pacientes" para hacer negocios con esa nación.
En una entrevista con Xinhua, el dueño de la Bodega San Huberto SA recomendó a sus pares "acompañar" el trabajo que realiza la cancillería del Estado sudamericano para conseguir inversiones y realizar intercambio comercial.
"El gobierno o sus instituciones, como es la cancillería, arman un marco y apoyan, pero nosotros tenemos que vender, viajar y entrevistarnos. Con China no se hacen negocios en una sola visita", advirtió.
Spadone, asesor presidencial en la primera etapa del gobierno de Carlos Menem (1989-1999), confió en que se va a reducir el déficit comercial con China.
En 2009 el superávit comercial de Argentina fue de 16.980 millones de dólares, en 2010 bajó a 12.057 millones y para 2011 está previsto que sea de 9.868 millones.
"Lo vamos a equilibrar. Hay 1.350 millones de diferencia que nosotros estamos por abajo, pero creo que en lo que vamos de este año y el que viene se va a solucionar", manifestó.
El empresario destacó la reciente visita al país del ministro de Comercio chino, Chen Deming, quien llegó junto a unos 80 empresarios y realizó una ronda de negocios con colegas argentinos, además de entrevistarse con la presidenta Cristina Fernández y funcionarios del gobierno.
Al respecto, estimó que "es la visita más exitosa de todo el conocimiento que tengo de China, a la que conozco desde 1972 profundamente y hoy estoy en la Cámara para volcar esa experiencia de tantos años".
"Desde la Cámara les ofrecemos todo lo que necesiten, ya sean los asociados o no, para poder ayudar a que todo el mundo produzca más, exporte más o también compre cosas de China, como corresponde", explicó.
Consultado sobre qué significa la segunda economía del mundo para Argentina, respondió: "Es un socio estratégico maravilloso, y ellos nos pueden dar préstamos a muy largo plazo y a muy bajo interés".
Además, indicó que los chinos "siempre dicen que tienen que aprender", pero "son muy inteligentes, muy capaces, muy perseverantes y muy pacientes", y "por eso para hacer negocios con China hay que tener paciencia".
Ejemplificó que en la nación asiática "hoy el vino que más se vende en la categoría premium es argentino", cuando anteriormente eran los provenientes de Chile, también en Sudamérica.
Este, dijo, "es un tema muy importante porque China crece 20 por ciento anual en vinos, y los precios de compra de China son mucho más importantes que lo que se vende a cualquier parte del mundo".
Hace más de 15 años, Spadone compró una bodega en Hualai, a 140 kilómetros de la capital, "para tener un vino nacional", que "pudo instalarse con un 100 por ciento de capital extranjero".
Se trata de la Spadone Hualai Winery and Vinyards Corp, a cargo de su hijo Sergio Spadone, quien está radicado hace siete años en Beijing y tiene un hijo nacido en China.
Sin embargo, reconoció que luego se asoció con empresarios locales porque entendieron que debían estar acompañados por personas que conocieran "el mercado, la idiosincracia y las costumbres" de la población china. Fin