El gobierno de Chile anunció hoy la centralización de los servicios para el trasplante de órganos en el Ministerio de Salud, con el fin de elevar el número de donantes.
La decisión implica el traspaso de las diversas funciones que se llevaban a cabo en la Corporación del Trasplante, hacia la recién creada Coordinación Nacional de Trasplantes, dependiente del organismo, explicó a periodistas el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
La nueva coordinación asumirá a partir del presente mes toda la administración del proceso, desde la detección de un potencial donante, hasta la logística asociada a la centralización y coordinación del abastecimiento de órganos.
En adelante, las gestiones con los familiares del probable donante estarán a cargo del ministerio, a fin de que se produzca una autorización explícita para que la persona actúe como donante independiente, aunque no haya manifestado su voluntad expresa.
Según Mañalich, esta medida es necesaria, aun cuando este año las estadísticas de donación y trasplante han mejorado notoriamente respecto al 2010.
De enero a abril se registraron 32 donantes, mientras que en 2010, se reportaron sólo 26 casos en el mismo periodo.
A su vez, se han realizado 90 trasplantes, cifra superior a los 72 del año anterior. "Son números todavía modestos pero es un cambio de tendencia", acotó Mañalich. La meta es aumentar en 30 por ciento la cantidad de donantes.
El mayor incremento lo ha tenido el trasplante cardio-pulmonar, pues hasta la fecha ha habido un total de 10 pulmones y ocho corazones trasplantados, mientras que el año pasado fueron uno y cinco, respectivamente. Históricamente, cada año en Chile se realizan alrededor de 20 trasplantes cardíacos y ocho pulmonares al año.
Según estimaciones oficiales, en Chile hay unas 1.800 personas que necesitan un trasplante de órganos, cifra que se prevé aumentará anualmente debido al incremento de la esperanza de vida.
De dicho total, anunció la cartera, el 80 por ciento espera por un riñón y el 20 por ciento restante por un trasplante de hígado, corazón, pulmón o páncreas. Además, entre un 15 y 20 por ciento son menores de 15 años.
Este cambio, según explicó el funcionario, implica que en todos los hospitales públicos habrá un equipo encargado de cumplir las funciones de coordinación de procuramiento intrahospitalario o labor de pesquisa y manejo de potenciales donantes.
Sin embargo, en el país hay muy pocos donantes, pues la mayoría de las familias rechazan la donación de órganos de sus parientes fallecidos debido a sus creencias religiosas.
Tan sólo en el 2010, la tasa en el país fue de siete donantes por cada millón de habitantes, es decir, sólo 116 donantes. La cifra es escasa si se compara incluso con Suiza, el país con los índices de donación más bajos de la Unión Europea, que registra 11,8 donantes por cada millón de habitantes.
Según la Ley 20.413 del sistema de salud chileno, toda persona mayor de 18 años es considerada como donante, a menos de que en vida haya manifestado expresamente su voluntad de no hacerlo, dejando constancia en el Registro Civil o al momento de renovar la cédula de identidad o licencia de conducir.
En 2010, la donación de órganos disminuyó en un 16 por ciento respecto al 2009, lo que puede estar relacionado con la obligatoriedad de esta ley y las posibles reticencias o rechazos por parte de los deudos.
Debido a recientes casos de niños chilenos que han requerido de trasplantes en forma urgente, el tema ha salido a la luz pública y se ha insistido a través de los medios de comunicación sobre la necesidad de crear conciencia al respecto.
La gente debe tener "claro que siempre se va conversar con la familia del donante, y que al mismo tiempo las listas de espera son únicas, nacionales, trasparentes y que se trasplanta a quien más lo necesita", explicó por su parte el coordinador de esa tarea, José Luis Rojas. Fin