(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, pidieron a la Unión Europea (UE) reformar el Tratado Schengen sobre la libre circulación de personas por los territorios de los 27 países miembros del bloque, con el objetivo de frenar el actual flujo de inmigrantes ilegales que ha llegado a Italia desde el norte de África.
Presionados por la situación creada por la oleada de personas que ha arribado a las costas italianas escapando de las revueltas que han azotado y azotan a varios países norafricanos, los mandatarios digirieron una carta a los presidentes de la Comisión y el Consejo europeos, José Manuel Barroso y Herman Van Rompuy, pidiendo “examinar la posibilidad de restablecer temporalmente el control de las fronteras interiores en caso de dificultades excepcionales”.
La crisis provocada en las últimas semanas en las relaciones entre Roma y París por los desacuerdos en relación con el destino final de los 25.000 mil inmigrantes y refugiados tunecinos y libios llegados a Italia, ocupó el centro de la 29 cumbre franco italiana celebrada en Roma.
Berlusconi, cuyo Gobierno entregó permisos de residencia temporal a los inmigrantes, abriéndoles de esta forma las puertas al resto del espacio Schengen, ha acusado a sus socios europeos de falta de solidaridad, en especial a Francia, que se niega a dejar entrar en su territorio a los recién llegados.
“Queremos que Schengen viva, pero para que Schengen viva debe ser reformado”, afirmó el presidente francés, que acordó con su par italiano recomendar al Consejo Europeo dar un “impulso político” a los trabajos en curso dentro de la Unión Europea sobre la cuestión del control de la inmigración, que consiga llegar a decisiones concretas.
“La situación de la inmigración en el Mediterráneo podría convertirse rápidamente en una crisis que afectaría a la confianza que nuestros ciudadanos puedan tener en la libre circulación dentro del espacio Schengen”, añade la misiva.
Según ambos líderes, es preciso que la UE alcance “muy rápidamente” un acuerdo global con sus vecinos del sur del Mediterráneo para que se comprometan en la cooperación eficaz en la lucha contra la inmigración ilegal, por lo que hacen un llamamiento a un esfuerzo de solidaridad financiera a favor de los 27 y piden el refuerzo de Frontex, a cargo de la vigilancia de las fronteras exteriores de la Unión.