Para Justin Yifu Lin, economista jefe del Banco Mundial (BM), los países en desarrollo se han situado a la cabeza de la recuperación tras la crisis financiera y se han convertido en un importante motor de la reactivación de la economía mundial.

Además, según puntualizó Hong, durante el año 2010 el crecimiento económico de los países emergentes dejó atrás al de las economías desarrolladas.

Ostrovsky, por su parte, afirmó que, en términos generales, las naciones BRICS han proporcionado gran cantitad de productos de exportación y han cubierto las necesidades de los mercados globales, hecho que ha ayudado a otros países a la hora de afrontar el impacto de la crisis económica y, hasta cierto punto, ha apoyado su crecimiento económico.

En este sentido, Park opina que la crisis económica global ha demostrado que las economías emergentes del mundo, particularmente las asiáticas, fueron una fuerza sostenible y constante para la recuperación económica global.

Durante los últimos dos años, las economías asiáticas han contribuido de manera positiva al crecimiento económico mundial, mientras que la escala económica de las más desarrolladas se reducía, señaló Park.

Así pues, según este experto, la economía mundial podría haber caído en una crisis aún más profunda y traumática si los mercados emergentes no hubieran contribuido de la manera que lo hicieron.

Geoff Barnard, economista jefe del Departamento de Asuntos Económicos de la OCDE especializado en Rusia y Sudáfrica, dijo que estos dos países también demostraron su viabilidad económica al crecer un 4 y un 2,8 por ciento, respectivamente, en 2010.

ASUMIENDO RETOS

En opinión de Hong, los mercados emergentes pueden seguir contribuyendo a la estabilidad económica mundial en tres aspectos, como mínimo: asegurando la estabilidad de sus macroeconomías, fortaleciendo su capacidad de resistencia ante el impacto externo y participando activamente en la coordinación política global, la cooperación y la gobernanza económica global.

El ruso Portyakov, por su parte, dijo que las naciones BRICS, consideradas la locomotora del desarrollo económico, han proporcionado grandes mercados de bienes y servicios, y que esto ha sido muy importante para la economía internacional.

Lin, del Banco Mundial, señaló que los países emergentes tienen bastante margen de desarrollo, y vaticinó que mantendrán su ritmo de crecimiento y continuarán liderando la recuperación global si son capaces de seguir promoviendo su desarrollo industrial, mejorar sus infraestructuras y llevar a cabo más reformas institucionales.

Zhu, del FMI, afirmó que la población conjunta de las naciones emergentes, que supera los 3.000 millones de personas, está ganando voz a nivel mundial, influyendo cada vez más en aspectos tan relevantes como la demanda energética y la transferencia de poder.

Barnard, por su parte, considera que las naciones BRICS tienen que seguir desarrollando relaciones económicas de beneficio mutuo y explorar mercados comunes mientras tratan de aumentar su cooperación en política y diplomacia.

En este sentido, Park opina que los países emergentes necesitan explorar sus propias necesidades de consumo y mercados para llegar a ser fuerzas verdaderamente sostenibles de la economía global.