Aunque la economía de Chile vive un buen momento, autoridades y empresarios coinciden en que la creciente inflación es uno de los principales desafíos para este año.

La inflación sobrepasaría "durante algunos trimestres el límite superior del rango de meta", que es el 3 por ciento durante este año, alcanzando en diciembre un aumento anual de 4,3 por ciento, según el último informe emitido por el Banco Central de Chile (BCCh).

El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, comentó este martes que la economía chilena tendrá una expansión mayor a 10 por ciento en marzo y finalizará el primer trimestre con un crecimiento sobre el 8 por ciento.

Sin embargo, ha reiterado en estos días que "tenemos buenas noticias en todos los frentes, menos en uno, que es la inflación".

Por su parte, el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Lorenzo Constans, dijo que el alza de las expectativas inflacionarias es un gran desafío para el país, y señaló que este fenómeno es uno de los "nubarrones" que podría afectar a la economía local.

Planteó que existen algunos factores externos que podrían dañar la economía, como el terremoto en Japón y el conflicto en el Medio Oriente, porque "nuestro país es una economía abierta y es indudable que habrá algún efecto".

Hace dos semanas, el gobierno anunció un ajuste del gasto fiscal como medida preventiva ante la alta inflación, bajo el argumento de que ésta reduce el poder adquisitivo y afectaría especialmente a las familias más pobres.

En Chile, los altos precios de los alimentos y combustibles son una expresión del crecimiento inflacionario, que obedece al actual panorama internacional, donde ambos sectores han ido escalando sus precios.

Paralelamente, el alto valor del cobre, que se ha mantenido sobre los 4 dólares la libra, ha sido un soporte decisivo para la economía del país.

Larraín explicó que, aunque no lo puede garantizar, el crecimiento de Chile sería sobre 6 por ciento este año.

En su intervención en el seminario "Agenda Económica 2011", que sesionó hoy en Santiago, el ministro destacó que lo que actualmente está empujando la economía es la demanda interna, especialmente de bienes durables.

A su juicio, "la recuperación de las expectativas, la confianza de la gente en el futuro, es lo que potencia el consumo y, particularmente, el consumo de bienes durables que es lo que más está aumentando en este momento".

El Indice Mensual de Actividad Económica (Imacec) creció un 7,2 por ciento durante febrero, en relación a igual mes del año anterior, lo que se debió principalmente al desempeño del sector comercio, las actividades fruticultura, silvicultura y pesca, y los servicios de transporte.

Informes oficiales indican que el sector de la construcción será uno de los motores que este año impulsaría el crecimiento económico, lo que de paso involucraría a otras áreas, como energía y minería.

Igualmente, el comercio presenta favorables perspectivas con una demanda interna que se ha consolidado después de la crisis global con el alza de las remuneraciones y mejoras en el empleo.

Chile creó 480.000 empleos en 2010, una gran parte relacionados con la reconstrucción de los daños del terremoto de febrero de ese año, aunque se observará una desaceleración en este índice.

El compromiso del gobierno es crear 200.000 empleos este año.

Por último, se prevé también que el sector industrial observe una rápida recuperación, tras ser duramente afectado por el sismo y tsunami.

Además de controlar la inflación, Chile también enfrenta otros desafíos a más largo plazo, como resolver el tema de la matriz energética porque debe importar más del 90 por ciento de los combustibles, y elevar la productividad, que ha venido decayendo en los últimos 14 años. Fin