(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – El presidente electo de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, ordenó el cierre de las fronteras terrestre, aérea y marítima del país hasta nuevo aviso e impuso el toque de queda en la capital económica, Abiyán, clave en el enfrentamiento con Laurent Gbagbo, que se aferra al poder, mientras crece el peligro de una guerra civil.

Un comunicado del Ministerio del Interior al que tuvieron acceso varios medios de comunicación señala que la prohibición de salir a la calle estará vigente hasta el domingo entre las 21.00 y las 06.00 locales y es interpretada como un gesto significativo en la lucha por el poder de Ouattara y Gbagbo, iniciada tras las polémicas elecciones de noviembre.

La disputa entre ambos dio un giro este jueves, luego que las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI), leales a Ouattara, cercasen Abiyán y los seguidores de su rival cediesen el control del aeropuerto de esa ciudad a las fuerzas de paz de la ONU, mientras que soldados de la fuerza francesa Licorne, compuesta por unos 1.000 efectivos, fueron desplegados en la Zona 4, en el sur de la localidad.

En las últimas horas se han recrudecido los enfrentamientos, en especial en Abiyán, provocando la huída de casi un millón de ciudadanos, y Ouattara lanzó un ultimátum a Gbagbo para que abandonase el poder pacíficamente, pero “la única respuesta a esta mano extendida ha sido la violencia”, dijo el ganador de las elecciones.

El peligro inminente de una guerra civil ha llevado a la comunidad internacional a aumentar su presión sobre Gbagbo para que acepte su derrota, se marche y evite “un baño de sangre”. “Todavía hay una oportunidad para que deje el poder pacíficamente y anime a sus partidarios a hacer lo mismo, pero esta oportunidad se está agotando”, señaló el secretario adjunto de Estado de Estados Unidos, Johnie Carson.

Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU, a propuesta de Francia y Nigeria, aprobó la víspera por unanimidad la resolución 1.975, que contempla nuevas sanciones contra Laurent Gbagbo por su negativa a abandonar el poder y le pide que traspase la presidencia al ganador de los comicios, reconocido por la comunidad internacional.

El documento identifica a Gbagbo como principal responsable de la crisis humanitaria que atraviesa Costa de Marfil y exige el “cese inmediato de la violencia contra los civiles” y pide a ambas partes que “respeten la voluntad del pueblo marfileño y la elección de Ouattara como presidente del país”.

Naciones Unidas da todo su apoyo a su misión en el país africano (Onuci), para llevar a cabo su mandato de “proteger a la población civil” y precisa que se congelarán los activos en exterior de Gbagbo, su esposa Simone Gbagbo, y sus colaboradores, además de prohibirles viajar al extranjero “por incitar al odio y a la violencia”.

Sin embargo, Alain Toussaint, asesor de Gbagbo, respondió que el mandatario no dimitirá. “Solo ha lanzado un ultimátum que no lo compromete más que a él. Es una tentativa de golpe de Estado iniciada en 2002. En Abdiyán hay una verdadera campaña militar orquestada por medios internacionales”.

Las tropas leales al presidente electo han entrado asimismo a uno de los principales puertos, San Pedro, por donde salen la mayor parte de las exportaciones de cacao, y ayer consiguieron hacerse con el control de la capital, Yamusukro.

La lucha por el control de zonas estratégicas deja un creciente número de víctimas entre la población civil. Además del millón de personas que han huido de sus casas por la violencia, por lo menos 462 personas han muerto desde diciembre, según la ONU.