(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – La economía de Brasil registró en 2010 un crecimiento del 7,5 por ciento, el quinto mayor del mundo y su mejor progresión en 24 años, y recuperó así el nivel de actividad productiva que tuvo antes de la crisis financiera global, informó la víspera el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

Con este resultado, el gigante sudamericano superó ampliamente el avance de grandes potencias mundiales, como Estados Unidos, que se expandió un 2,9 por ciento, Japón (3,9 por ciento), Alemania (3,6 por ciento), Rusia (3,8 por ciento), Francia (1,5 por ciento) y Corea del Sur (6,1 por ciento) y puede haber ascendido a la séptima posición entre las economía líderes del planeta, con un PIB de 2,21 billones de dólares.

El crecimiento, según el presidente del Banco Central brasileño, Alexandre Tombini, confirma que, después de la rápida recuperación de los efectos de la crisis financiera de 2008 y 2009, la economía nacional “ha entrado en un nuevo ciclo de expansión”.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, elogió también las cifras reveladas por el IBGE y reconoció que el Gobierno esperaba que el crecimiento fuera elevado. “Un 7,5 por ciento es un número bastante razonable y demuestra que Brasil tiene capacidad para crecer”.

Un elemento destacado por el instituto fue el avance experimentado por la industria, uno de los sectores más afectados por la crisis financiera en 2008 y 2009, así como la agricultura y los servicios.

Para el ministro de Hacienda, Guido Mantega, el crecimiento de 20l0 permitió compensar el decrecimiento de 2009 y llevar la producción al nivel que tenía hasta 2008, antes del estallido de la crisis.

Únicamente China, con un 10,3 por ciento, e India, con un 8,6 por ciento, han revelado hasta el momento expansiones superiores a la brasileña, aunque según Mantega, se espera que Argentina confirme que el pasado año su economía avanzó un 9,1 por ciento y Turquía dé a conocer un dato por encima también del 7,5 por ciento.

Según una nota del Banco Central, al crecimiento de Brasil en 2010 contribuyeron, entre otros factores, la demanda interna, que se mantuvo como el principal soporte de la economía, y las medidas de estímulo adoptadas por el Gobierno para revertir el impacto de la crisis, como reducciones tributarias y créditos subsidiarios.