A pesar de las patrullas del ejército en las calles, de la constante cobertura de la televisión y de los arrestos de bandas en la capital, la gente teme por sus vidas y por su propiedad.
En la ola extraordinaria de eventos que siguió al derrocamiento del presidente, los tunecinos han tenido muy poco tiempo para evaluar la revolución que ha tenido lugar en el país después de 23 años de un régimen autoritario.
Con la expectativa de elecciones libres dentro de seis meses y como ya están en marcha las conversaciones para la formación de un gobierno de unidad nacional, muchos tunecionos siguen teniendo esperanzas de que el orden y la ley volverán pronto a Túnez.