Harto conocido es que la seguridad, las condiciones de trabajo y los salarios de los mineros de San José y de muchas otras minas de Chile y Latinoamérica son bien precarios, que cada vez que se baja a una mina se pone en riesgo la vida y que sólo unos pocos entre los más experimentados llegan a ganar 2.000 dólares mensuales, por lo que muchos ven normal que los 33 cobren bien por contar lo que vivieron. A fin de cuenta, los grandes medios también están haciendo su agosto con este octubre y bien lo dice el refrán: “Al que quiera azul celeste, que le cueste”.
La historia de la mina San José es de esas en las que la imaginación puede aportar tanto como la realidad misma y ojo si en ocasiones no llega a superarla. Dejando atrás a quienes ya sacaron una buena tajada del alquiler de tiendas de campaña, andamios y otros artículos necesarios para acampar en las inmediaciones de la mina, así como de la venta de alimentos, banderas, globos, camisetas, gorras y toda la parafernalia que siempre ayuda a aumentar el sentimiento patriótico, a mantener la fe, y a llenar los bolsillos de algunos, toca ahora el turno a los pesos pesados, los que saben que aquí hay mucho trigo aún por moler y no van a desperdiciar la oportunidad.
Las grandes cadenas de televisión desde hace rato están a la caza de las exclusivas y muchas tienen muy claro el minero por el que pujarán, pues los 33 fueron reiteradamente vistos cuando estaban bajo tierra, a través de videoconferencias, y ya se sabe bien quiénes son los que mejor desempeño pueden tener ante las cámaras.
A Hollywood, lógicamente, también se le ha mencionado y no son pocos los que apuestan porque en la meca del cine ya se debe estar cocinando algún guión para llevar esta historia a la gran pantalla. Incluso, los hay que han llegado más lejos y han comenzado a pensar en qué actores encajarían mejor para interpretar a cualquiera de los 33, otorgándole cierto favoritismo al español Javier Bardem, Oscar a la mejor actuación por la cinta No es país para viejos (2007).
Tampoco la industria de los video juegos parece estar dispuesta a dejar que le “roben” lo suyo, pues con asombro leí esta mañana que en Internet ya se juega “Los 33”, en el que aparece una imagen en movimiento y, con la ayuda del mouse, los participantes giran la polea de la cápsula para rescatar a los mineros.
Sin dudas, la vida de estos hombres, como dijera el astronauta estadounidense de origen mexicano, José Hernández, “ya no va a ser igual que antes” y todos ellos van a necesitar un “ajuste”, por los efectos psicológicos de estar tanto tiempo aislados y por lo que se les viene encima desde el punto de vista mediático. Pasarán de la soledad, el lejano y hasta cierto punto ignorado trabajo en el fondo de una mina a los grandes homenajes (merecidos, eso sí), las luces de los estudios de televisión, los flashes de las cámaras, las entrevistas, el maquillaje sobre rostros acostumbrados al polvo de las rocas, las preguntas de la gente y las fotos que todos querrán hacerse sonrientes a su lado.
Nada que ver con el olor a cobre y tierra, con la humedad, la rudeza, la suciedad, las explosiones, el peligro y la oscuridad del fondo de una mina, un hábitat casi exclusivo para “hombres duros”. Sus fotos, sus vivencias, ocuparán constantemente las portadas o los principales espacios de las televisoras y quizás en cámara hasta haya que mejorar ciertos modales o ser muy cuidadosos a la hora de utilizar determinadas expresiones.
Todo es propio de la fama que, para bien o para mal, les ha reportado esta historia trágica que ahora transcurre por su parte feliz. Pero esa gloria puede seguir creciendo, también para bien o para mal, y eso dependerá de ellos. No por gusto y con razón, Hernández, hijo de jornaleros mexicanos, quien el pasado año cumplió su sueño de viajar al espacio, afirmó que “la fama es algo de lo que se tienen que cuidar, necesitan mantener los pies firmemente en el suelo”.
¿Cómo la maneja el astronauta? “Yo siempre me recuerdo de mi niñez, de dónde vine, de las humildes raíces y tal vez eso les puede ayudar también; recordar realmente quiénes son y de dónde vienen”.