el único requisito es que tenga al menos el nivel de preparatoria. Sin embargo, no damos clases a niños", explicó la sub directora del instituto, Meng Aiqun.
"Estoy contenta con el grupo que me ha tocado, porque son chicos que traen una buena base y un nivel de conocimientos muy parejo. Noté gran entusiasmo y van a aprender mucho", dijo Meng, egresada de la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing.
Los alumnos escuchan conversaciones, ven videos, interactúan en situaciones de compras, banco, restaurantes, etc. y los maestros corrigen al momento la pronunciación o construcción de la frase.
"Busco que los alumnos comparen y encuentren similitudes en la pronunciación. Intento quitarles el miedo a los caracteres y se familiaricen con ellos. Aquí, desarmamos los caracteres y ellos en casa los vuelven a armar. No es tan complicado. Así, ven que no es tan díficil hablar el chino", dice la maestra Chen Jinmei.
Agregó la profesora, especialista en Filología Hispánica y Lingüística, que "la enseñanza no es fácil, pero trato de hacerlo divertido y motivarlos para hacer el aprendizaje más sencillo".
El objetivo, dijo la maestra Meng, es que una vez que terminan el curso, los alumnos tengan capacidad para comunicarse, desplazarse y leer sin ningún problema en China.
"Empiezo el tercer trimestre y realmente no es difícil hablar el chino, tanto como leerlo y escribirlo", dice Jorge, uno de los estudiantes. Otra estudiante, Mónica, quien estudia Comercio en la UNAM, dijo que su carrera le exige un segundo idioma y buscó el inglés. "Me decidí por el mandarín porque estudiar inglés un mes me costaba lo mismo que el chino, pero aquí todo el trimestre. Está regalado", dijo.