La localidad colombiana de Tumaco es hoy epicentro de una cruenta guerra entre narcotraficantes y rebeldes que se disputan ese puerto estratégico sobre el Pacífico, situación que lo ubica como el lugar más violento del país.

Cuando los narcotraficantes llegaron a Tumaco a principios de esta década, las costumbres en esa población cambiaron. Muchos dejaron la pesca y el cultivo de la palma africana para recolectar la hoja de coca o trabajar en un laboratorio donde se procesa cocaína.

El secretario de gobierno del departamento de Nariño, Fabio Trujillo, explicó a Xinhua que esa población de unos 169.000 habitantes es un punto estratégico para las bandas de narcotraficantes y grupos rebeldes, debido a que pueden llevar insumos desde Ecuador para producir cocaína y enviarla a Estados Unidos.

"Tumaco es el mayor municipio con hectáreas de hoja de coca en el país y al lado de estas hay presencia de diversos actores armados que luchan por la posesión del territorio, el control de las rutas y la comercialización de la coca", declaró el funcionario en conversación telefónica.

La violencia que deja el narcotráfico hace que el segundo puerto en importancia sobre el Pacífico colombiano sea el lugar más violento del país.

El secretario de Gobierno de Nariño dijo que la mayoría de las muertes en Tumaco son selectivas, es decir, entre personas que están vinculadas directa o indirectamente con el negocio del narcotráfico.

"La comunidad sí sufre mucho porque se ha generado un estado de terror en Tumaco, la gente tiene miedo de salir a las calles, se mata en las calles y se ve fácilmente que ocurre durante el día. Allí los muertos no son en la noche son en el día y a la vista del público. Esto genera zozobra", indicó Trujillo.

Las disputas internas entre narcotraficantes y las acciones emprendidas por las autoridades contra los capos ha generado el desplazamiento de habitantes de varias zonas rurales a Tumaco, donde en los últimos días 515 personas han llegado a refugiarse.

Trujillo consideró que deben reforzarse las medidas de seguridad en Tumaco y en sus zonas rurales para contener la violencia, además de presentar un plan de inversión social para sacar de la pobreza a las personas que viven allí.

El presidente colombiaoAlvaro Uribe sostuvo que "el reto de devolver la seguridad en el Pacífico es un reto que no puede dilatarse más" y ordenó reforzar las medidas de seguridad en Tumaco.

La Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes) denunció que algunos grupos paramilitares disidentes en el Pacífico mantuvieron sus estructuras de narcotráfico, pese a que en años anteriores optaron por la desmovilización.

De acuerdo con el director Ejecutivo de la Codhes, Jorge Rojas, en Tumaco existe una crisis humanitaria manifiesta, un conflicto armado que no es solamente el narcotráfico y que agudiza el problema, ante la incapacidad del Estado de asegurar el territorio.

Según el delgado de esta organización no gubernamental, los grupos ilegales buscan desocupar ciertas zonas del área urbana y rural de Tumaco para asegurar el control territorial y tener el mando de las rutas del narcotráfico, que salen hacia Ecuador y al océano Pacífico.

El director Ejecutivo de Codhes aseguró en diálogo con Xinhua que existe una extraña alianza entre los grupos rebeldes y paramilitares disidentes, dedicados al narcotráfico.

Un informe de la Fiscalía sostuvo que en 2008 se cometieron más de 300 homicidios en esa zona, la mayoría perpetrados por integrantes de las bandas de narcotráfico Los Rastrojos y Las Aguilas Negras.

Tumaco es el sitio donde confluyen todos los aspectos de la violencia de más de cinco décadas en Colombia, narcotraficantes, paramilitares, guerrilla y la presencia de las fuerzas estatales. Fin