No hay arte sin disciplina. El Kung Fu de Shaolin de China lo demostró este domingo en el Zócalo de la Ciudad de México donde acudieron al menos siete mil personas para sorprenderse con el espectáculo gratuito.
La exhibición del conjunto de arte marcial de Shaolin de la provincia de Henan, forma parte de las cuatro presentaciones estelares del intercambio cultural "Experimentar China" en México, que inició el pasado 20 de julio y finalizará el próximo 6 de agosto.
Los ejercicios externos templan los músculos, los huesos y la piel, mientras que los ejercicios internos se centran en un bocado del Qi, pronunció una voz al explicar que el Kung Fu de China enfatiza el ejercicio respiratorio.
Mientras tanto, en el escenario impuesto en el primer cuadro de la capital mexicana, los estudiantes de Shaolin abrieron su presentación con la ejecución de una tabla de acero destrozada por la cabeza de un monje dominante del Qigong duro.
Poner una parte del cuerpo tan duro como el acero fue evidente en cada acto donde cinco lanzas punzaron el cuello de un individuo, una aguja atravesó un vidrio y el rompimiento, con diferentes partes del organismo, de palos de madera de alto grosor.
Tal vez el más simpático, según una persona del público, fue el boxeo chino donde por imitación se emuló el estilo de los animales: mono, serpiente, águila, tigre y rana, todos con una dinámica de saltos ágiles, movedizos, picados y ataques sorpresivos.
En la parte de los instrumentos, las armas que forman parte importante en el Kung Fu, fueron usadas de manera vigorosa para demostrar la agilidad corporal.
Con ejercicios por parejas, individuales, de grupo y colectivos, las series de habilidades simularon una danza donde el movimiento de las armas fue una extensión del cuerpo de los monjes de Shaolin.
El Tongzigong, habilidad básica infantil, fue exhibido por un niño de ocho años que con su flexibilidad, agilidad y resistencia sobrenatural demostró que así comienza el arte marcial y los ejercicios básicos de órganos internos.
La exitosa presentación concluyó con la invitación a que el público subiera al escenario para aprender algunos de los movimientos esenciales del Kung Fu de Shaolin donde la armonía del cuerpo, interno y externo, demuestran que no hay arte sin disciplina.
El Kung Fu de Shaolin concluyó sus presentaciones en la Ciudad de México, con una última exhibición en el Teatro de la Ciudad el domingo por la tarde.
(30/07/2007, Agencia de Xinhua)
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