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spanish.china.org.cn | 12. 12. 2024 | Editor: [A A A]

Observatorio Económico: Cómo hizo frente China a afluencia de "sobrecapacidad occidental" tras su adhesión a la OMC

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Xinhua | 12. 12. 2024

BEIJING, 12 dic (Xinhua) -- Esta semana se cumplen 23 años desde que China ingresó a la Organización Mundial del Comercio (OMC), y hacer frente a la competencia de las importaciones sigue siendo un reto persistente en todo el mundo.

El malestar de algunos occidentales por la importación de vehículos eléctricos chinos es muy similar a las preocupaciones que los fabricantes chinos de automóviles tuvieron por la creciente competencia de las marcas extranjeras cuando el país se preparaba para incorporarse a la OMC.

"¡Viene el lobo!", clamaban entonces las empresas automotrices chinas, pidiendo que se protegiera la industria automotriz nacional de los competidores extranjeros, y las principales compañías exigían incluso que se retrasara la apertura del sector.

Pero a pesar de las presiones, los funcionarios chinos estaban convencidos de que imponer aranceles elevados y otras restricciones comerciales solo serviría para dar amparo a la entonces obsoleta industria automotriz nacional, y de que, en últimas, los consumidores pagarían el precio, dice Long Yongtu, quien fue el negociador jefe de China para su entrada en la organización.

Al final, China se comprometió a rebajar los aranceles a la importación y levantar otras restricciones sobre los automóviles como parte de su adhesión a la OMC. Y, sorprendentemente, el mercado automotor chino no se marchitó, sino que, por el contrario, empezó a crecer rápidamente.

A Dong Yang, un profesional de la industria que participó en las negociaciones, le impresionó ver que el precio de un coche Xiali, una popular marca nacional, cayó drásticamente de más de 90.000 yuanes (12.530 dólares) a apenas 40.000, siguiendo la tendencia de descenso de los precios de los coches importados.

No es ningún secreto que el comercio mundial prospera con los excedentes que generan los países que producen por encima de su demanda interna. Sin embargo, al término "sobrecapacidad" se le ha dado últimamente en un giro negativo para convertirlo en "excedente", alimentando una narrativa impulsada por el miedo de Occidente al poder de manufactura de China.

Un artículo de la propia OMC cuestiona la percepción común de que la competencia de la importación en los países industrializados solo ha provocado pérdidas, y subraya que también hay ganancias significativas.

Un análisis en profundidad de la evolución del panorama industrial y de importación de China en los últimos 23 años ayuda a revelar los dolores de crecimiento del país para hacer frente a la afluencia de la llamada "sobrecapacidad" de los países occidentales, si es defendible la teoría tan vendida últimamente por Occidente, y lo que el país ha aprendido de esa travesía.

¿APLICAR LA POLÍTICA DEL AVESTRUZ O ENFRENTAR LA COMPETENCIA?

Como lo recuerda Dong, la brutal competencia surgida tras la entrada del país a la OMC obligó a los fabricantes chinos de automóviles a buscar constantemente la salida recurriendo a las fuerzas del mercado.

"Al principio, era imprescindible utilizar tecnologías importadas, ya que los consumidores preferían las extranjeras. Pero como importar tecnología resultaba demasiado caro y los beneficios eran escasos, comenzaron a realizar investigación y desarrollo de forma independiente", relata Dong a Xinhua.

El éxito de las empresas chinas de vehículos eléctricos se atribuye en gran medida a su capacidad para superar a sus competidores mediante la innovación.

En opinión de Dong, el surgimiento de los fabricantes chinos de automóviles para convertirse en líderes mundiales del sector se sustenta en cuatro ventajas principales: Mayor eficiencia, menores costos, economías de escala e innovación constante.

Además de los automóviles, también se preveía que los sectores agrícola y financiero enfrentarían desafíos significativos, señala Huo Jianguo, vicepresidente de la Sociedad de Estudios de la Organización Mundial del Comercio de China.

Pero, en contraste, los tres sectores experimentaron una transición tranquila y lograron un crecimiento robusto al abrazar la competencia, dice Huo en diálogo con Xinhua. El académico atribuye este éxito al impacto positivo de la competencia, que condujo a un aumento de la productividad y a una mejora de la calidad de los productos.

Cuando aumentó la competencia en industrias como la farmacéutica, la química, la electrónica y los electrodomésticos, surgió una legión de empresas chinas capaces, y la participación de computadores, teléfonos inteligentes, semiconductores y productos electrónicos chinos en el mercado global experimentó un aumento significativo.

"Los hechos han demostrado que un mercado abierto y la introducción de la competencia internacional son propicios para mejorar la capacidad nacional de manufactura, lo que, a su vez, permite establecer una base sólida para una mayor participación en la competencia internacional", dice Huo.

¿DEMONIZAR LOS PRODUCTOS EXTRANJEROS O ABRAZAR LAS IMPORTACIONES?

Desde que se unió a la OMC, China ha venido recibiendo los productos extranjeros con los brazos abiertos.

En 2023, el país mantuvo su posición como el segundo mayor importador del mundo por 15º año consecutivo, representando el 10,6 por ciento del total mundial de las importaciones, según un informe reciente sobre las importaciones de China escrito por Wei Hao, decano asociado de la Escuela de Negocios de la Universidad Normal de Beijing, y sus colegas.

La relación entre el superávit comercial de China y el PIB disminuyó del 7,53 por ciento en 2007 al 4,59 por ciento en 2023, y las importaciones se expandieron más rápido que las exportaciones, de acuerdo con estadísticas proporcionadas a Xinhua por Tian Zhihong, profesor de la Universidad Agrícola de China.

La participación de China en las importaciones a nivel mundial también ha aumentado de manera constante, pasando del 3,8 por ciento en 2001 al 10,58 por ciento en 2022, el mayor crecimiento entre los principales países y regiones, señala el informe de Wei.

De 2001 a 2023, las importaciones de China desde Francia se dispararon de 4.100 millones a 37.300 millones de dólares, y sus importaciones desde Alemania también se multiplicaron, pasando de 13.800 millones a 106.200 millones de dólares, según el documento.

Las compras de productos agrícolas al exterior son un buen ejemplo. Las importaciones agrícolas de China crecieron 14,1 veces entre 2001 y 2023, y desde 2011 el país se ha mantenido como el principal importador mundial, de acuerdo con datos de la OMC citados en un informe de la Escuela Nacional de Estrategia de Seguridad Alimentaria (NSFSS, siglas en inglés) de la Universidad Renmin de China.

"China se ha convertido en una importante fuerza impulsora para el desarrollo agrícola mundial en los últimos 20 años, especialmente en la promoción del desarrollo agrícola de las economías emergentes, con su vasto mercado", afirma en entrevista con Xinhua el profesor Cheng Guoqiang, decano de la NSFSS, quien también participó en las negociaciones con la OMC.

En cuanto a las importaciones del país desde Estados Unidos, la soya es definitivamente un peso pesado. China tiene una gran demanda de esta legumbre, al tiempo que la autosuficiencia es difícil de lograr. El país se ha esforzado por mejorar la tecnología de cultivo y, al mismo tiempo, ha seguido ampliando las importaciones, sostiene Tian.

Desde 2001, las exportaciones de soya de Estados Unidos a China experimentaron un crecimiento explosivo, y, en cierto momento, Estados Unidos llegó a ser el principal proveedor de soya para China.

Un informe anual sobre las exportaciones estadounidenses a China publicado por el Consejo Empresarial Estados Unidos-China a comienzos de este año indica que esta sigue siendo un mercado importante para las empresas del país norteamericano, asegurando la estabilidad de casi un millón de empleos allí.

En los últimos años, China ha institucionalizado su compromiso de expandir las importaciones a través de acciones concretas. Entre ellas se cuentan medidas como reducir los aranceles de importación, optimizar la lista de importaciones minoristas transfronterizas de comercio electrónico y, desde 2018, celebrar año tras año la Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE). En la séptima CIIE, llevada a cabo el mes pasado, se firmaron transacciones por valor de 80.010 millones de dólares.

En 2023, las importaciones de bienes de consumo de China totalizaron 1,95 billones de yuanes, un 1,2 por ciento más que en el año anterior, lo que refleja la creciente demanda de la nación por productos de alta calidad para satisfacer las diversas necesidades de sus consumidores.

Wei cree que una mayor proporción de bienes de consumo en el total de importaciones de China traerá más beneficios a los países exportadores.

¿ERIGIR BARRERAS O ABRIRSE MÁS A TODOS?

Huo criticó el intento de distorsionar un exceso de productos como "exceso de capacidad", ya que, en realidad, un equilibrio perfecto entre la oferta y la demanda no existe.

Después de la adhesión de China a la OMC, la capacidad de producción de industrias maduras en Europa y Estados Unidos, como el acero, la automoción, la química y la farmacéutica, se transfirió constantemente a China.

"En cierto modo, de acuerdo con la definición occidental, esto también se trató de una transferencia de exceso de capacidad. La apertura del mercado chino, sin duda ha desempeñado un papel de apoyo en el reequilibrio de la economía mundial", explica Huo.

En opinión del académico, la audaz apertura del mercado y la introducción de la competencia es una de las formas efectivas de estimular la fortaleza y la resiliencia de una economía, y China ha aprovechado la apertura para avanzar en la reforma. Además, la apertura de alto nivel es clave para que el país participe en la competencia internacional.

A pesar de la incomodidad de algunos países occidentales frente a la competencia de las importaciones, el libre comercio sigue siendo un catalizador viable para el crecimiento económico. Este promueve la eficiencia de la asignación de recursos, permitiendo a los países asignar recursos de acuerdo con sus ventajas comparativas y mejorando la eficiencia general de la economía mundial, sostiene Tian.

El docente también hace énfasis en la importancia del libre comercio para mejorar el bienestar de los consumidores mediante el aumento de la variedad de bienes y servicios, la reducción de los precios y el fomento de la difusión de la tecnología y la innovación, todos estos factores especialmente cruciales para los países en desarrollo.

El libre comercio también promueve la conectividad de las cadenas de suministro globales, garantizando el buen funcionamiento de las cadenas de suministro y aumentando la eficiencia de la producción global, agrega Tian.

Por su parte, Huo señala que "hay académicos que consideran los esfuerzos de China para unirse al Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico como otro impulso, después de la entrada a la OMC, para alinearse con el sistema económico abierto de alto estándar del mundo".

De cara al futuro, si bien la competencia de las importaciones puede seguir inquietando a algunos, no es suficiente para oscurecer los beneficios más amplios del libre comercio.

"El proteccionismo no es una política eficaz para proteger a los trabajadores, ya que a menudo resulta en consecuencias no deseadas. Por ejemplo, si bien unos aranceles más altos pueden proteger los empleos en las industrias que compiten con los productos importados, también pueden poner en peligro los empleos en los sectores que dependen de insumos intermedios o están orientados a la exportación si los socios comerciales toman represalias", según un blog publicado recientemente por la OMC.

Los hechos han demostrado que adherir al camino del desarrollo de beneficio mutuo y ganancias compartidas es la forma fundamental de mantener la prosperidad de la economía mundial, sentencia Huo. Fin