BUENOS AIRES, 29 dic (Xinhua) -- Mientras Argentina negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un nuevo acuerdo de pago de su deuda externa, el Club de París, al igual que otros acreedores, espera su turno para convenir con el país la solución de compromisos impagos antes de junio próximo.

Argentina se mantiene desde el 5 de junio en "default" (cesación de pagos) con el club, luego de no pagar una deuda de 2.102 millones de dólares que, en cambio, pidió cancelar antes del 31 de mayo de 2021, a la espera de un resultado definitivo de los acuerdos con el FMI, explicó hoy el economista argentino Horacio Rovelli.

"Argentina entró técnicamente en default con el Club de París cuando no pagó el vencimiento de 2.102 millones de dólares el 5 de mayo de 2020 y acordó con ese organismo internacional regularizar la situación una vez convenido el nuevo plan de pago con el Fondo Monetario Internacional", dijo el experto en entrevista con Xinhua.

"La deuda total con el Club de París asciende a unos 10.800 millones de dólares. La posible idea del gobierno es que tanto al Club de París como al FMI pagarle solamente los intereses y comenzar a amortizar el capital en el segundo semestre de 2024, lo que reflejaría un igual trato que a los acreedores privados", dijo el ex director nacional de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía.

Rovelli aseguró que "de lo que acuerde el gobierno argentino con el FMI se extenderá al Club de París", por lo que las actuales negociaciones con el organismo financiero internacional se convertirán en un punto de referencia clave para determinar el porcentaje de deuda que cancelará el país el año que viene.

Sin embargo, "se prevé en el Presupuesto Nacional 2021 un pago anual por intereses solamente equivalente a 430 millones de dólares al Club de París y de 1.200 millones de dólares al FMI, que se efectuará en forma trimestral", señaló Rovelli, también profesor de Economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Uno de los puntos de desacuerdo respecto al pago de la deuda con esta organización guarda relación con las altas tasas de interés contempladas en ella, derivadas de acuerdos previos que datan desde la administración de gobierno de la entonces presidenta Cristina Fernández (2007-2015).

Las tasas de rendimiento alcanzarían el 9 por ciento según lo convenido entre Argentina y el Club de París en el año 2014, un punto que desde el Ejecutivo prevé abordarse a fin de reducir estos niveles de carga de intereses, sostuvo Rovelli.

El pasado 5 de febrero, el ministro argentino de Economía, Martín Guzmán consideró que el pago de ese 9 por ciento "no sólo es insostenible, sino que también marca un anclaje muy importante para el resto de la reestructuración (de deuda)" al tiempo de exigir cooperación a la organización de acreedores.

De allí que un mes después el titular de la cartera económica presentara una solicitud formal a la organización para "modificar los términos del acuerdo", buscando "mayormente una extensión de los vencimientos y una significativa reducción de las tasas de interés", consignó en su momento la agencia estatal de noticias Télam.

Analistas financieros y la prensa local argentina advierten sobre el impacto en el índice Riesgo País de mantener el impago de la deuda con el Club así como las consecuencias para las empresas residentes en territorio argentino.

"Mantener el saldo impago es una herida abierta para las posibilidades de obtener financiamiento de bancos europeos para las empresas de ese bloque, o argentinas, que quieran invertir en el país con fondos de ese origen", señaló el diario local Ambito.

Un "eventual default no sólo generaría tensiones con el Fondo por los Estados miembro, sino que también en términos financieros, dado que implicaría mayor riesgo país y mayor presión a la brecha cambiaria", explicó el economista de la consultora Empiria, Juan Ignacio Paolicchi, citado por el diario El Cronista. Fin