WASHINGTON, 7 may (Xinhua) -- Como resultado del inicio de la crisis de COVID-19, se han acelerado o "han avanzado" cinco tendencias que configuran la economía china, aseguró un reciente informe de McKinsey & Company.

La primera tendencia es la digitalización, a través de herramientas digitales que se están convirtiendo en soluciones cada vez más populares, expandiéndose de empresa a consumidor (B2C) y de empresa a empresa (B2B), según el informe publicado el miércoles.

Las ventas digitales de Nike en el primer trimestre en China aumentaron un 30 por ciento anual después de que la compañía lanzara entrenamientos en casa a través de su aplicación móvil, mientras que la plataforma de propiedades Beike informó que las visitas de propiedades asistidas por agentes en su sala de exposición de realidad virtual en febrero aumentaron en casi 35 veces en comparación con el mes anterior, según el informe.

Las prácticas de trabajo también cambiaron significativamente: la plataforma de comunicación empresarial DingTalk casi duplicó sus usuarios activos mensuales en un solo trimestre a 17,7 millones.

En salud, las interacciones digitales se aceleraron: el rápido crecimiento de las consultas en línea, "en parte gracias a un cambio regulatorio en la política de reembolso, así como a interacciones virtuales más amplias entre los agentes de ventas farmacéuticas y los médicos", dijo el informe.

Estos cambios ocurrieron antes del amplio despliegue de la tecnología 5G, que probablemente catalizará el uso de herramientas digitales, agregó.

La segunda tendencia acelerada es la disminución de la exposición mundial, con una importancia creciente de los mercados internos, la tecnología y el capital, mostró el informe, señalando que a pesar de estas tendencias, "el panorama completo se encuentra más matizado".

Sin embargo, según el informe, "dado el tamaño y el potencial de crecimiento del mercado chino, la inversión en una cadena de suministro y la huella de innovación para servir a China seguirá siendo importante".

"Y China, por su parte, continuará requiriendo aportes tecnológicos globales para mantener el crecimiento de la productividad", dijo el informe.

La tercera tendencia, según el informe, es la creciente intensidad competitiva, "a medida que la tecnología y la agilidad impulsan a los ganadores a capturar la mayor parte del valor de la industria".

El cuarto es lo que el informe llamó "proceso de maduración de los consumidores", ya que los quienes consumen se están volviendo más prudentes y conscientes a nivel salud.

El último es la intensificación de los sectores privado y social, según el informe, con el sector privado desempeñando un papel socioeconómico más fuerte y el sector social en aumento.

El informe de McKinsey también señaló que, al ser China el primer país en lidiar con la crisis, ha estado al frente tanto de la recuperación económica posterior a la COVID-19 como de los cambios sociales que precipitó la pandemia, y agregó que los esfuerzos para estabilizar la economía nacional "ya están en marcha".

Aunque el producto interno bruto del primer trimestre de China disminuyó un 6,8 por ciento respecto al año anterior, según las estadísticas gubernamentales, "nuestras simulaciones sugieren que la actividad económica puede haber tocado fondo en el primer trimestre", dijo el informe. Fin