Por Gerardo Laborde

MONTEVIDEO, 18 dic (Xinhua) -- En un contexto regional adverso y a unos meses de la asunción del futuro gobierno de Luis Alberto Lacalle Pou, la economía de Uruguay volvió a crecer en el tercer trimestre de 2019 con tasas modestas.

El Producto Interno Bruto (PIB), que creció 0,9 por ciento interanual de julio a septiembre y 0,6 por ciento desestacionalizado frente al trimestre anterior, tuvo señales positivas en el consumo y la inversión.

"La actividad económica prácticamente se mantiene en el nivel del promedio del año anterior", dijo a Xinhua el economista Ignacio Munyo, director del Centro de Economía Grant Thornton del IEEM, la escuela de negocios de la Universidad de Montevideo.

"Ya hace tiempo que la economía se mantiene en los mismos niveles y no crece sino que está estancada", explicó.

Aseguró que "la mayoría de los sectores de la actividad se contrae y hay un sector que explica la totalidad del (último) crecimiento que es Transporte y Comunicaciones".

Las mayores incidencias positivas desde el enfoque de la producción fueron Transporte y Comunicaciones (3,5 por ciento) e Industrias Manufactureras (2,7 por ciento), según el Informe de Cuentas Nacionales que divulgó el martes el Banco Central del Uruguay (BCU).

En cambio, hubo descensos en Agricultura y Ganadería (-8 por ciento), motor de la economía local, y Construcción (-3,6 por ciento).

Munyo alertó que la contribución de Transporte y Comunicaciones "hay que tomarla con pinzas", porque es un rubro "sobreponderado" en la metodología de relevamiento que el BCU no actualiza desde hace años.

"Sí es una buena noticia que la inversión haya tenido una recuperación después de mucho tiempo cayendo", interpretó el también profesor de Economía del IEEM y director de la Bolsa de Valores de Montevideo.

Al evaluar el componente del gasto, el gasto en consumo final creció (1,2 por ciento), lo que contrastó con la fuerte baja de la formación bruta de capital (-14 por ciento), aunque a nivel privado aumentó la inversión (4,4 por ciento).

Con un crecimiento de 1,6 por ciento en 2018, la economía enlazó 16 años de expansión consecutiva en el mayor ciclo positivo en la historia de Uruguay, aunque desde el año pasado alterna avances trimestrales marginales con retrocesos.

Las perspectivas para 2020, con la asunción el 1 de marzo del presidente electo Lacalle Pou del Partido Nacional (centroderecha) después de 15 años de gobierno del Frente Amplio, son algo más auspiciosas.

"Habrá que esperar más resultados positivos de inversión, porque van a empezar a verse resultados de las obras de infraestructura asociadas con proyectos de Participación Público Privado y en particular con el Ferrocarril Central y la nueva obra de la planta de celulosa", señaló Munyo.

La forestal finlandesa UPM anunció en julio que instalará su segunda planta de celulosa en el centro de Uruguay, proyecto que implicará una inversión de más de 4.000 millones de dólares en la industria e infraestructura portuaria y ferroviaria.

"La pregunta es si el crecimiento que viene de la mano de la nueva planta y de obras asociadas, así como también obras de infraestructura, contrarrestarán la caída de otros sectores", explicó el economista.

En función de ese impacto el PIB podría tener un crecimiento más cercano al 1 por ciento o al 2 por ciento, manifestó.

El viceministro de Economía, Pablo Ferreri, celebró en Twitter el dato de crecimiento y valoró que se suma a las "fortalezas financieras" del país y a que "somos uno de los pocos de América Latina que aumentamos las exportaciones, y a que recibimos la inversión más grande de la historia", en alusión a UPM.

En opinión de Munyo, hay "que esperar a que asuma el próximo gobierno para ver qué señales brinda y cómo las capta el sector privado y los inversores".

Más allá de megainversiones como UPM es necesario captar inversiones de menor magnitud para "que la economía pueda retomar crecimientos importantes", agregó. Fin