RÍO DE JANEIRO, 3 may (Xinhua) -- El gobierno brasileño trabaja en un ambicioso plano para cortar renuncias fiscales que supondrá reducir en más de un tercio los actuales beneficios que gozan varios sectores económicos, lo que debe servir para recaudar más dinero con el que equilibrar las maltrechas cuentas públicas, informaron hoy medios locales.

Según reveló el diario O Estado de Sao Paulo, la intención es cortar el equivalente al 1,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) hasta finales de 2022, o el equivalente a unos 102.000 millones de reales (unos 25.800 millones de dólares).

La promesa de acabar con los beneficios fiscales fue una de las promesas electorales del presidente Jair Bolsonaro el año pasado. En 2018, el gobierno brasileño dejó de recaudar 314.200 millones de reales (79.550 millones de dólares) con beneficios fiscales, principalmente con la renuncia de impuestos y con préstamos subsidiados (más baratos para determinados sectores), El valor equivale al 4,1 por ciento del PIB brasileño.

Para este año, la previsión es que las renuncias fiscales superen nuevamente los 300.000 millones de reales (75.950 millones de dólares).

Actualmente, 17 sectores de la economía brasileña tienen descuentos tributarios, porque son considerados importantes para la retomada económica del país y crear empleos.

La reducción de los subsidios, que actualmente representan el 20,9 por ciento de la recaudación de la Hacienda brasileña, enfrenta una fuerte oposición de varios lobbys económicos e incluso en la Corte Suprema, que la semana pasada decidió aumentar los beneficios a las empresas que compran productos en la Zona Franca de Manaos (norte de Brasil), lo que supondrá un coste extra de al menos 16.000 millones de reales anuales.

Para lograr su objetivo, el gobierno incluyó en el Proyecto de Ley sobre el presupuesto para el año que viene un dispositivo que exige un plano de reducción de las renuncias fiscales del 0,5 por ciento del PIB anual hasta el 2022.

Actualmente, la mayor renuncia fiscal en Brasil es para las empresas con una facturación brutal de hasta 4,8 millones de reales (1,2 millones de dólares) anual, en un programa dirigido para las micro y pequeñas empresas que acaba causando una renuncia de 74.800 millones de reales (unos 19.000 millones de dólares). Fin