Uno de cada cinco trabajadores brasileños está afiliado a un sindicato, según cifras divulgadas hoy por el Gobierno que muestran un aumento del 11,4 por ciento en el total de empleados inscritos en sindicatos en 2015, totalizando 18,4 millones de personas.

Los datos, presesentados por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), muestran que de los 94,4 millones de empleados brasileños mayores de 16 años de edad que había en 2015, el 19,5 por ciento pertenecía a algún sindicato, lo que representa 1,9 millones de personas más en comparación con 2014.

El IBGE atribuyó el aumento de afiliados a los sindicatos a la crisis económica que vive el país, lo que hace que muchas personas busquen una "mayor protección" laboral: según el estudio, el 50,8 por ciento de los trabajadores dijo que se habían afiliado al considerar que los sindicatos defendían sus derechos laborales.

En 2015, la economía brasileña sufrió una contracción del 3,8 por ciento, la peor en 25 años, que continuó en 2016 (-3,6 por ciento), lo que provocó un aumento del desempleo y una caída en el número de trabajadores con contrato formal, que se redujo un 3,8 por ciento o 3,7 millones de personas.

Del total de trabajadores que no pertenecían a ningún sindicato (83,1 millones de personas o el 80,9 por ciento del total), el 26,4 por ciento dijo que el principal motivo era el desconocimiento del sindicato que representaba su categoría, mientras que el 23,6 por ciento alegó que los gremios no poseían los servicios que le interesaban.

El estudio también indicó que, de los 57,1 millones de personas que trabajan en el sector privado o doméstico, 1,5 millones tienen algún tipo de deuda financiera con sus respectivos patrones, lo que les impide dejar sus puestos de trabajo.