La gobernación financiera global necesita desesperadamente continuar superando los obstáculos para volverse más estable y resiliente porque ha entrado en un período de exposición a riesgos.

La crisis financiera mundial que comenzó en 2008 puso en evidencia las fallas del sistema financiero global existente y subrayó la necesidad de contar con un mejor sistema.

En años recientes, la crisis de deuda de Grecia y luego la salida de Reino Unido de la Unión Europea han subrayado la urgencia de impulsar las reformas estructurales de la rectoría financiera global para conducir cualquier rescate financiero causado por incertidumbres política y económicas.

Durante mucho tiempo se ha buscado mejorar la arquitectura financiera internacional en importantes foros y plataformas internacionales de cooperación económica, entre ellos el Grupo de los 20 (G20), lo cual ha impulsado significativamente el proceso.

No obstante, aún prevalecen los retos y las barreras, ya que el dólar ha sido la moneda dominante en el sistema monetario global mientras el mundo busca otras opciones.

Una de las opciones, como sugiere China, son los Derechos Especiales de Giro (DEG), un activo de reservas de divisas complementario definido y mantenido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo valor se basa en una cesta de monedas internacionales clave.

La cesta de monedas de DEG es más estable que una sola moneda. Puede aliviar el impacto de las fluctuaciones monetarias, y las estadísticas basadas en los DEG son más objetivas.

Los bonos DEG prosperaron en las décadas de los 70 y 80 del siglo XX. Los bonos también deben servir como activos diversos que pueden reducir el riesgo de fluctuaciones en los tipos de cambios de las divisas.

El banco central de China anunció que permitirá a una división del Banco Mundial emitir bonos denominados en DEG en el banco de bonos interbancario de China, el último paso para expandir el uso de bonos DEG.

El desarrollo de una arquitectura financiera internacional estable y flexible es clave para impulsar la estabilidad financiera. Los ministros de Finanzas del G20 y gobernadores de bancos centrales han restaurado la función de un mecanismo de trabajo, llamado el Grupo de Trabajo de la Arquitectura Financiera Internacional, para promover un buen funcionamiento y una ordenada evolución del sistema monetario internacional.

Además, han prometido apoyar un plan de cuotas y de reforma de gobernación propuesto por el FMI en 2010 y dar su respaldo a un FMI fuerte, basado en cuotas y con recursos adecuados.

Con la aplicación del plan de reforma 2010 del FMI a partir de enero, la representatividad de los mercados emergentes y de los países en desarrollo ha sido impulsada significativamente, lo que ha preparado el camino para las siguientes reformas estructurales del FMI.

Para impulsar la gobernación financiera global, los países también necesitan trabajar para mejorar el mecanismo de renegociación de la deuda soberana, fortalecer la monitorización de los flujos de capital y riesgos y proteger la seguridad de la red financiera global con el FMI como eje central.

Durante mucho tiempo, China ha apoyado el mejoramiento de la arquitectura financiera mundial, especialmente después de que su moneda, el renminbi, fuera incluida en la cesta de monedas DEG en noviembre de 2015.

Como anfitrión de la cumbre del G20 que tendrá lugar el 4 y 5 de septiembre en la ciudad de Hangzhou, China presentará y promoverá sus ideas para ayudar a reorganizar la gobernación financiera global. F