América Latina apuesta por colocar más frutas, verduras y carnes de sus campos en los hogares de China ante la creciente demanda de sus habitantes por alimentos que antes estaban fuera de su dieta.
El comercio agrícola de la región hacia China se sostiene aún en la soya, una materia prima, pero conforme se expandió la economía del país asiático, creció el poder adquisitivo de su clase media urbana, que comienza a modificar su estilo de vida, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Los anaqueles de las tiendas chinas ofrecen aguacate mexicano y el tequila está ganando mercado, señaló el ministro de Agricultura de México, José Calzada, quien prevé que las exportaciones del popular licor de agave lleguen a los 100 millones de dólares estadounidenses en poco más de cinco años.
"Probablemente, las exportaciones de aguacate se estén incrementando 100 o 150 por ciento por año por los próximos cinco años. Ese es el ritmo que va a tener la exportación de aguacate a China", estimó Calzada en entrevista con Xinhua.
Por ahora, las exportaciones agropecuarias de México hacia China rondan los 160 millones de dólares, una cifra menor dentro de los cerca de 25.000 millones de dólares que el campo y la industria agroalimentaria mexicanos comercian en total con el exterior.
Pero ante las nuevas preferencias de los hogares chinos en su alimentación, México está en el camino de ampliar su canasta exportadora, compuesta principalmente de algodón, productos del mar, aguacate y tequila.
"Estoy seguro que en los próximos años se verá incrementada (la exportación) de manera notable, hay muchos productores mexicanos que tienen altas expectativas en China y, en general, en los mercados de Asia", comentó el ministro mexicano.
Calzada recordó que las autoridades sanitarias chinas dieron entrada a las berries mexicanas y en 2015 otorgaron la certificación para maíz blanco, tabaco y productos lácteos. Además, tras una visita que el ministro efectuó en diciembre de 2015 al país asiático, se logró la reducción de los aranceles del aguacate y la nuez de un 25 a un 10 por ciento.
"México fue el país que más certificados de acceso de productos tuvo al mercado chino en el mundo (en 2015), fue al que más certificados le dieron para poder exportar y eso nos halaga mucho porque habla de una magnífica relación que hay entre los países", dijo.
"No veo más que cuestiones positivas para ambas naciones, somos países que se complementan en los productos agroalimentarios", agregó.
La OCDE recomienda en un reciente informe que la región debe aprovechar las nuevas necesidades de China y diversificar su canasta de exportaciones de las materias primas hacia los productos alimentarios que demandarán cerca de 1.000 millones de chinos de la clase media en 20 años.
América Latina cuenta con enormes recursos naturales y acuáticos que le otorgan una ventaja frente a otras regiones para ser uno de los principales proveedores de alimentos nutritivos y de alta calidad para el país asiático, que importa cerca de 122.000 millones de dólares en alimentos, agrega la instancia multinacional.
El comercio agrícola entre la región y China creció un 27 por ciento anual hasta llegar a los 27.400 millones de dólares en 2013. Sin embargo, la soya abarca casi el 80 por ciento, seguida por el pollo congelado, el azúcar de caña y el tabaco, por lo que tiene la oportunidad de incrementar su canasta, advierte la OCDE.
Chile tiene claro la transformación de la economía china y su mira está puesta en que el país asiático sea en 10 años el mercado más importante para sus exportaciones alimentarias, expuso el ministro de Agricultura chileno, Carlos Furche, en entrevista con Xinhua.
"China se ha transformado en el tercer mercado de destino para las exportaciones chilenas de alimentos, es el mercado que más crece. Con toda probabilidad, de no mediar circunstancias extraordinarias en la economía internacional, en los próximos 5 o 10 años, China será el primer destino para las exportaciones chilenas de alimentos", sostuvo.
Hace una década, cuando los dos países suscribieron un tratado de libre comercio, los productos del campo y el mar apenas aparecían en las estadísticas de la relación comercial, la cual se centraba más en el cobre, la materia prima de la que Chile es el mayor productor mundial.
Ahora, las exportaciones alimentarias hacia China, el principal socio comercial del país andino, representan el 25 por ciento del total y llegan a más de 2.500 millones de dólares anuales, precisó Furche.
Frutas como la cereza y las berries, vinos, carne de bovino, truchas, salmón, además de la madera, son parte de la canasta que los productores chilenos han logrado colocar en el país asiático ante el aumento de la demanda de la población china por ese tipo de alimentos.
"Ha ido cambiando gradualmente el perfil de su demanda por alimentos con una importancia cada vez mayor de la proteína animal, de carnes, de ave, de cerdo, de vacuno, de lácteos, y también de alimentos saludables, como frutas y hortalizas, y todo eso es lo que Chile produce", detalló el ministro chileno.
Además estimó que seguramente el sector agropecuario y pesquero crecerá en importancia dentro de la estrategia de desarrollo de Chile, ante la transformación de la economía china hacia una menor demanda de materias primas y un mayor impulso al consumo interno.
La diversificación de las exportaciones, más allá de las materias primas, será clave para Chile en los siguientes años, expresó Furche.
"Todo indica que la demanda de alimentos en China va a continuar creciendo, justamente porque tiene un proceso endógeno muy importante de estrategias de desarrollo", concluyó.