Las autoridades centrales de China emitieron hoy directrices sobre desarrollo urbano, dos meses después de que los líderes se reunieran para la Conferencia Central de Trabajo Urbano y prometieran volver a las ciudades en crecimiento más habitables, eficientes y ecológicas.
El documento, emitido por el Comité Central del Partido Comunista de China y el Consejo de Estado, estableció los principios fundamentales, las tareas y los objetivos clave para el futuro desarrollo y gestión urbanos, con el fin de garantizar que las ciudades sean "construidas de manera ordenada, desarrolladas adecuadamente y bajo una operación eficiente".
La última ocasión que China organizó una reunión como la Conferencia Central de Trabajo Urbano fue en 1978, cuando sólo un 18 por ciento de la población residía en urbes, cifra que había subido al 50 por ciento a finales de 2015.
La urbanización que ha caracterizado las últimas dos décadas ha traído cambios significativos en China, tanto en los aspectos sociales como en los económicos, generando problemas como los embotellamientos, la contaminación y una seguridad pública comprometida.
Estos tipos de males urbanos han provocado la ira del público, incrementando la presión sobre la planificación urbana para buscar soluciones.
El ministro de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural, Chen Zhenggao, destacó que el documento publicado hoy se había elaborado basándose en una cuidadosa investigación a cargo de su cartera y de 29 departamentos relacionados.
La directriz indica que China restringirá que las ciudades crezcan más allá de las medidas de sus recursos naturales y medio ambiente.
En la actualidad, las municipalidades de Beijing, Shanghai y Chongqing cuentan con poblaciones que han sobrepasado los 20 millones, mientras que en las ciudades como Tianjin, Guangzhou y Shenzhen han excedido los 10 millones.
La prioridad será la protección de las tierras de cultivo, al mismo tiempo que los terrenos para la construcción serán "ubicados apropiadamente". El país planea dedicar cinco años a la inspección y eliminación de las construcciones ilegales.
El texto también hizo un llamamiento para que los urbanistas diferencien las ciudades con un ámbito urbano basándose en las características locales.
Aparte del exterior de las edificaciones, factores como la conservación de recursos y energía, así como la protección del medio ambiente deben considerarse durante el proceso de diseño y construcción, indica el documento.
Como parte de los esfuerzos para proveer de viviendas asequibles a los habitantes urbanos con bajos ingresos, China aspira a completar la renovación de las áreas urbanas y las viviendas deterioradas para el 2020.
China también mejorará la planificación urbana y la construcción de infraestructura, tanto bajo tierra como en la superficie. Los estándares de construcción y calidad de los proyectos se incrementarán, puntualiza la directriz.
Para disminuir los embotellamientos en las ciudades, China busca expandir la red de transporte público con autobuses y trenes. Para el 2020, China aspira a elevar la penetración del transporte público a 40 por ciento en las megaciudades, a 30 por ciento en las grandes ciudades y a 20 por ciento en las medianas y pequeñas.
Se intensificarán los esfuerzos para reducir las emisiones de contaminantes en las ciudades con un suministro mayor de combustible limpio para mejorar la estructura de energía, dice el documento.
La directriz también pide desarrollar ciudades inteligentes a través de diversas tecnologías de internet, como los macrodatos ("big data") y computación de la nube, con el fin de modernizar la administración y servicios urbanos. F