Nuevas regulaciones de la Aduana General de la República (AGR) de Cuba que limitan los bienes que ingresan los viajeros a la isla comenzarán a regir desde el próximo 1 de septiembre, en medio de cierto descontento por parte de la población.

Las nuevas normas, que sustituirán a las vigentes desde 2011, regulan la importación de productos sin carácter comercial y están dirigidas a las personas que arriben al país caribeño o reciban envíos desde el ex­tranjero.

Estas regulaciones, publicadas el pasado 11 de julio en la Gaceta Oficial no. 30, fija límites para artículos que se importan, sus valores, así como el peso y el cobro del arancel de las misceláneas contenidas en envíos postales, aéreos y ma­rítimos.

En el listado de esos productos figuran alimentos, artículos de aseo y para el hogar, ropa interior, bisutería y efectos electrodomésticos e informáticos.

Por ejemplo, solo se podrán importar 10 kilogramos de arroz, maíz, harinas y pastas alimenticias, 10 de productos lácteos, 20 de conservas y cinco litros de aceite.

Asimismo, 20 máquinas de afeitar desechables, 30 jabones, 20 blusas y camisas, 15 pares de zapatos, divididos en cinco de sport (sandalias y chancletas), cinco de vestir y cinco deportivos.

Según lo legislado ahora, la autoridad aduanera puede decomisar las cantidades que excedan lo establecido y la totalidad de los productos, excepto los efectos personales, en el caso de las importaciones que considere reiteradas.

En cuanto a los electrodomésticos, las regulaciones marcan límites como dos televisores, dos equipos de música, dos reproductores de video, dos ollas eléctricas, dos planchas y dos refrigeradores, y para los artículos informáticos y de comunicación establecen dos teléfonos celulares, una torre de computadora y dos computadoras con independencia del tipo.

Estas restricciones desató malestar en la población, al punto que el diario oficial "Granma" se hizo eco de una parte de ellas el pasado 18 de julio, algo inusual en el órgano del Partido Comunista de Cuba.

El rotativo recogió criterios que calificaron las nuevas barreras de "incomprensibles; alejadas de la realidad cubana; injustas, porque abarcan a infractores y a quienes no lo son".

Hay quienes señalan que son "demasiado administrativas, por lo cual favorecerían al germen de la corrupción".

También hubo quejas de que estas regulaciones no son "acordes" con algunas de las medidas implementadas en la "actualización" (transformación) del modelo económico, como por ejemplo, el desarrollo de los trabajadores "por cuenta propia" (privados).

Dos subjefes de la AGR, Idalmis Rosales Milanés y Miguel Núñez, señalaron que el objetivo de estas limitaciones es "el enfrentamiento al terrorismo, la actividad subversiva, el tráfico de droga y contrabando", así como atender las violaciones de las reglas de ingreso de productos.

"Estas decisiones se tomaron a partir de un estudio que confirmó los altos volúmenes de importación que realizan determinadas personas con destino a la comercialización y el lucro", apuntó Rosales Milanés.

Aseveró que la importación "no puede ser la vía para abastecer las actividades de distintas formas de gestión no estatal como los 'cuentapropistas'. Para eso habría que pensar en una fórmula o norma que permita la importación con carácter comercial'.

Muchos cubanos que practican el autoempleo dicen que este modo de ingresar productos es vital, ante la ausencia de un mercado mayorista donde puedan abastecerse los nuevos negocios privados, proyecto que aún está en estudio por el gobierno.

Estas medidas tendrán impacto directo en las llamadas "mulas" que surten a "cuentapropistas" y vendedores ilegales con productos que compiten con las ofertas de las tiendas estatales en divisas.

La importación a través de "mulas" de ropa, calzado, electrodomésticos y equipos de informática y comunicación, entre otros bienes, se convirtió en un próspero negocio en la isla, sobre todo a partir de la reforma migratoria que entró en vigor en enero de 2013, la cual eliminó las restricciones para salir de Cuba vigentes durante medio siglo.

En mayo último, la AGR advirtió a los viajeros que ingresan a la isla que se abstengan de transportar "encomiendas" (bultos ajenos) en sus equipajes, pues puede traerles consecuencias "administrativas y penales". F

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