Los productos hechos y desarrollados por China han reforzado su presencia en Brasil con ocasión del Mundial 2014, extendiéndose, más allá de los balones y juguetes, a terrenos como el transporte, la inspección de seguridad o las infraestructuras.

A diferencia de en el Mundial de Sudáfrica, cuando las empresas chinas se centraron principalmente en la venta de juguetes relacionados, en el de Brasil se impuso el diseño chino de la mascota Fuleco, según el periódico "Diario del Pueblo" de hoy viernes.

La empresa Fude, de la provincia oriental china de Zhejiang, ha sido la única compañía autorizada fuera de Brasil en el diseño, la fijación de precios, la venta y la mercadotecnia de la mascota del Mundial 2014.

Las ventajas de Fude residen en la creación innovadora y la fina elaboración, contó el jefe ejecutivo de la compañía, Li Hong, mostrando el muñeco diseñado por la empresa, que puede hacer ocho tipo de movimientos.

En la ciudad de Yiwu, en Zhejiang, centro de fabricación de juguetes y productos de consumo diario, aumenta la proporción de productos relacionados con el fútbol.

De acuerdo con estadísticas aduaneras de Yiwu, las exportaciones de la ciudad a Brasil se situaron en 64,22 millones de dólares en el primer trimestre, un aumento del 15,8 por ciento, de los cuales 1,25 millones provinieron de los productos deportivos, un aumento interanual del 41,7 por ciento.

Hace 12 años, en el Mundial de Japón-Corea 2002, todavía no hubía ninguna empresa especializada en la fabricación de balones en Yiwu, pero ahora más de 30 fábricas los venden a Brasil y otros países.

Muchas empreas han registrado sus propias marcas para aumentar el valor agregado de sus productos. "A pesar de la subida del coste, mantenemos el nivel de beneficios del Mundial anterior gracias a que disponemos de nuestros propios productos", sostuvo Wang Chuangxin, que se inició en negocios relacionados con el Mundial de Fútbol en 2004.

Los equipos de transporte son otro factor chino en el Mundial de Brasil. Los 40 trenes de unidades eléctricas múltiples (EMU, por sus siglas en inglés) de la Compañía de Vehículos Ferroviarios de Changchun están ya cubriendo el recorrido entre Río Janeiro y los centros deportivos.

La empresa firmó contratos con la brasileña MetroBarra en 2012 para la fabricación de 60 trenes EMU con un total de 240 vagones, 40 para el mundial y los restantes 20 para los Juegos Olímpicos de 2016 Brasil.

Se trata de la cuarta partida de contratos de trenes que ha conseguido la empresa en el mercado brasileño desde 2009. En la actualidad, los trenes de la empresa suponen el 82 por ciento de la cuota de nuevos equipos de Río de Janeiro, mercado tradicionalmente dominado por Francia y España.

En Curitiba, otra ciudad anfitriona del Mundial y capital del estado meridional de Paraná, dos grandes autobuses híbridos de la empresa china Locomotoras Eléctricas de Zhuzhou recorren desde abril las rutas entre el aeropuerto y las zonas urbanas.

Además, se ha ampliado la presencia de equipos chinos en la construcción de los estadios. Según Wu Xiaowei, subgerente del grupo Sany, las máquinas fabricadas por su empresa han participado en la construcción de al menos ocho de ellos.

Junto al grupo XCMG y Zoomlion, las tres empresas chinas representaron el 85 por ciento del mercado de grúas del país sudamericano el año pasado.

En el terreno de la inspección de seguridad, la empresa china Nuctech, tras entrar en el mercado brasileño en 2007 con ocación de los Juegos Panamericanos, ha reforzado su presencia con unos 600 juegos de máquinas en nueve canchas para el Mundial. Se trata del primer contrato que consigue la empresa tras haber creado la sucursal Nuctuch Brasil este año.

La creciente cuota de productos chinos en el Mundial de Brasil refleja el sostenido desarrollo de la cooperación entre ambos países, en especial en materia de comercio y economía.

Según datos de las aduanas chinas, el comercio bilateral entre China y Brasil alcanzó los 90.280 millones de dólares el año pasado, un incremento interanual del 5,3 por ciento, mientras que las inversiones directas chinas en Brasil llegaron a los 167 millones de dólares, principalmente en los terrenos de la energía, la minería, la agricultura, las infraestructuras y las manufacturas.