El gobierno cubano pondrá en vigor, a partir de diciembre próximo, un grupo de medidas que amplían el alcance de la entrega de tierras en usufructo, con el propósito de incentivar la producción de alimentos y reducir los gastos por importaciones.

La nueva política para la entrega de tierras en usufructo está recogida en el Decreto-Ley 300, considerado por la prensa oficial de la isla como "una inyección a la productividad".

Esta legislación del Consejo de Estado, firmada por el presidente Raúl Castro y que comenzará a regir desde el 9 de diciembre, ofrece mayores ventajas a los usufructuarios, como la ampliación de las condiciones de usufructo y la contratación de determinados insumos y servicios.

Una de las novedades es que se extiende la entrega de tierras de un máximo de 40,26 hectáreas, equivalentes a tres caballerías, a 67,10 hectáreas (cinco caballerías), en dependencia del productor y la disponibilidad.

Los contratos de usufructo se realizarán por 10 años si se trata de personas naturales y 25 para las entidades jurídicas como las cooperativas ya existentes que son eficientes y buscan ampliarse, y son prorrogables por iguales plazos a petición del usufructuario.

También se autorizó que los nuevos usufructuarios puedan vincularse de manera contractual con granjas estatales o cooperativas ya constituidas a través de las cuales puedan obtener insumos o servicios.

El nuevo reglamento admite, asimismo, que los campesinos que asuman esas parcelas puedan construir en ellas viviendas e infraestructura de mejoramiento, para que puedan "velar de cerca" su área de producción.

Otra modificación es el otorgamiento de terrenos para cultivos forestales, plantaciones de las cuales el 93 por ciento se concentra en manos de entidades estatales.

Para estas labores agrícolas se aprobó la contratación de fuerza de trabajo por medio de tres vías: ayuda familiar, trabajadores agropecuarios eventuales y de manera permanente.

Según las autoridades del país, lo aprobado está en sintonía con uno de los objetivos esenciales de la "actualización" del modelo económico: la producción de alimentos, y con los "lineamientos" aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, en abril de 2011.

El periódico oficial "Granma" indicó que se trata de una "consolidación del proceso" de entrega de tierras.

Pedro Olivera, director del Centro Nacional de Control de la Tierra, informó que unos 172.000 cubanos han recibido más de un millón y medio de hectáreas en usufructo desde que Castro decretó la entrega de tierras a productores privados.

El régimen de usufructo es uno de los principales proyectos para reanimar la agricultura y aumentar la producción de alimentos en Cuba, un asunto que las autoridades de la isla consideran de "seguridad nacional".

La Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) reportó que la producción agropecuaria de Cuba creció 6,1 por ciento en el primer semestre de 2011 respecto a igual período del año precedente.

Durante esa etapa, la agricultura registró un incremento en 7 por ciento y la ganadería en 4 por ciento.

Cuba planificó para el año en curso importaciones alimenticias por 1.200 millones de dólares, pero tras una revisión en abril, aumentaron a 1.500 millones debido al alza de los precios en el mercado internacional.

La mayor isla de las Antillas importa cerca de un 80 por ciento de los víveres que consumen sus habitantes.

Para fomentar la producción nacional y disminuir los gastos por importaciones, el gobierno también autorizó medidas en septiembre último para dar mayor autonomía a las Unidades Básicas de Producción Cooperativa, que poseen alrededor del 28 por ciento de la superficie agrícola de la isla.

Orlando Díaz, director jurídico del ministerio de la Agricultura, afirmó que lo que se busca es "obtener en el país lo que hoy cuesta grandes sumas por concepto de importaciones".

Poner cada pedazo de tierra estatal que hoy permanece improductiva en función de la seguridad alimentaria, esa es la receta cubana para estimular la producción de alimentos. Fi

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