El gobierno y analistas de Uruguay se mostraron hoy satisfechos con la expansión del 3,8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de abril a junio de 2012 en comparación con el mismo periodo del año pasado, y de 0,8 por ciento frente al primer trimestre de este año, a pesar de que implica una desaceleración.
Para el ministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo, el último Informe de Cuentas Nacionales del Banco Central (BCU) arrojó un dato "positivo" y "mejor que lo esperado".
"Esto nos permite pensar que se cumplirá con la proyección anual del 4 por ciento e incluso es posible que se supere", aventuró.
El PIB en el primer trimestre había crecido 4,2 por ciento interanual y 2,2 frente al anterior cuarto.
Según el estudio del BCU, divulgado el jueves, la expansión del segundo trimestre en volumen físico la lideró la construcción (+22,3 por ciento), el transporte y las comunicaciones (+7,6 por ciento) y el comercio (+3,5 por ciento).
Lorenzo destacó la inversión productiva -particularmente privada- que avanzó más del 20 por ciento y es un "indicador de la sostenibilidad del dinamismo y de la confianza en la continuidad del proceso de crecimiento".
Por otra parte, "el aumento observado en el consumo privado refleja de manera nítida que los ingresos de los hogares continúan creciendo", subrayó.
En tanto, la baja del 60 por ciento en la producción del sector electricidad, gas y agua debe atribuirse, para el jerarca, a la sequía que sufrió el país en la primera mitad del año.
Al evaluar la desaceleración debe considerarse también "la instalación de un escenario recesivo en algunas de las economías desarrolladas y las trabas experimentadas en el comercio de bienes y servicios con Argentina", opinó.
Con matices, los expertos privados coincidieron con la interpretación oficial.
El socio de la consultora Deloitte, Pablo Rosselli, destacó el buen "desempeño" de la economía aunque advirtió al diario "El País" que existen "señales de advertencia". Mencionó como peligros que el crecimiento está "desbalanceado" en la demanda interna (las importaciones aumentaron 6,1 por ciento frente a 0,1 por ciento de las importaciones) y la persistencia de presiones inflacionarias.
Ramón Pampín, economista de PwC, recordó que hay una desaceleración de la actividad iniciada a principios de 2011 que "es un ajuste de la economía natural y deseado" para evitar un sobrecalentamiento.
A juicio de Aldo Lema, de Vixion Consultores, "todavía se observa un alto dinamismo de la demanda interna que que compensó la desaceleración de los sectores transables", en declaraciones al diario "El Observador".
Aunque para el gobierno los últimos datos del BCU alientan la expectativa de un mayor crecimiento los analistas privados no están convencidos de eso.
"Es prematuro para hacer una estimación afinada, pero seguramente ajustaremos a la baja nuestra proyección a una cifra algo por debajo de 3,5 por ciento", dijo el economista Alejandro Cavallo de Equipos Consultores.
La última encuesta de expectativas del BCU entre actores del sector financiero arrojó una proyección media del alza del PIB de 3,3 por ciento para 2012.
Si bien el ministro Lorenzo alertó del riesgo de la "autocomplacencia" también enfatizó que "la economía continúa creciendo a tasas elevadas".
A lo largo de 2011, el PIB aumentó 5,7 por ciento y completó nueve alzas anuales consecutivas. Fi