(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Hasta hace poco tiempo indiferente a la cultura del café, China prepara su desembarco en el mercado mundial del aromático grano, como gran productora y consumidora, lo que ha obligado a los principales productores de Latinoamérica, líderes a nivel global, a diseñar estrategias comerciales ante lo que presagian tendrá un gran impacto.

Conscientes de la pujanza del gigante asiático, que programa un salto exponencial de sus plantaciones, Colombia y Costa Rica estudian ya la manera de formar parte de ese desarrollo, aprovechando su condición de segundo productor mundial, en el caso de la primera, y la avalada calidad de su café, en el caso del segundo.

Los colombianos, solo superados por los brasileños, creen que pueden desempeñar un rol similar al que cumple Holanda en China como “proveedor de conocimiento y servicios en la industria hortícola”, según reconocieron a EFE fuentes de Proexport, oficina comercial de la embajada del país sudamericano en Beijing.

Empresas colombianas están exportando ya equipos y maquinaria para el procesamiento de los granos en el país asiático, donde el consumo de café, si bien está a años luz de las 700.000 toneladas anuales de té, crece a un ritmo de entre el 20 y el 30 por ciento anual desde hace 10 años, según estadísticas de asociaciones de productores locales, lo que lo hace un mercado atractivo.

“China es un mercado nuevo para el café. Aunque el consumo crece cerca de dos dígitos al año, es aún muy bajo, pero esperamos que siga evolucionando como sus vecinos de Japón y Corea”, declaró a la agencia española Wu Jiahang, representante en China de la Federación Colombiana de Productores de Café.

Otro de los interesados es Costa Rica, país que acaba de poner en vigor un tratado de libre comercio con China y que ve el crecimiento en el consumo de café como una oportunidad para su producto, distinguido por su calidad.

“La ventaja en China es que siempre van a existir segmentos de consumidores que buscan la calidad como elemento de distinción, y allí los nichos son muy grandes”, comentó a EFE el director de exportaciones de Costa Rica para China, Juan Carlos Martínez.

La provincia de Yunnan (oeste) concentra el 90 por ciento del total de la producción de café del país, que exporta unas 45.000 toneladas del grano al año y se prepara para un crecimiento exponencial de las plantaciones, que lentamente van ganando terreno a las de té.

Las condiciones geográficas y climáticas de Yunnan, sumadas a las ventajas en costes económicos, alientan el desarrollo del café en la zona, la cual, según analistas, podría convertirse en un fuerte jugador del sector en un futuro cercano.

De hecho, en los últimos años han comenzado a sumarse a los inversores locales -en su mayoría agricultores y pequeños empresarios- capitales foráneos, señaló Li Gongqin, subsecretario de la Asociación del Café de Yunnan (ACY).

“El año pasado empezaron a entrar empresas internacionales reconocidas como Starbucks, que ahora envía más del 80 por ciento de sus productos al extranjero”, dijo el funcionario.

La cadena de cafeterías estadounidense adquirió su primera finca en China alertada por el precio creciente de su materia prima y en noviembre de 2010 cerró un acuerdo estratégico con las autoridades de Yunnan para invertir 3.000 millones de yuanes (326 millones de euros) en el sector cafetero.

De esta forma la superficie cultivada de café crecerá de las actuales 26.700 hectáreas hasta las 100.000 hectáreas, y la producción pasará de 38.000 toneladas anuales a 200.000 hacia el año 2020.

Sin embargo, Wu ve poco claro el futuro de China como potencia mundial en la producción de café por la inestabilidad del precio del producto en los mercados internacionales.

“Los gobiernos locales están impulsando el cultivo porque el precio del café está hoy en un nivel muy elevado. Pero esto es cíclico y estacionario, por lo que habrá que ver si se mantiene el incentivo y nivel de inversión cuando el precio baje abruptamente”, reflexionó el ejecutivo.

No obstante, aseguró que el mercado del café en el país será “uno de los más importantes del mundo en el mediano plazo” por el crecimiento en el volumen de consumo.