En efecto, gracias a estas medidas la economía nacional logró mantener su tendencia al alza, con un crecimiento de 9,2 y 10,3 por ciento en 2009 y 2010, respectivamente. Sin embargo, también se han registrado inevitables efectos colaterales, luego de que la expansión monetaria, que incluyó más de 1.800 millones de yuanes en nuevos créditos, sembrara la semilla de la inflación.
Pero, ¿es tan grave la inflación en China como para empeorar la inflación global?
Guo Tianyong, profesor de la Universidad Central de Finanzas y Economía de Pekín, opinó que, en vista de que el yuan no es una moneda de reserva global, su expansión monetaria a nivel doméstico difícilmente podría desbordarse al exterior.
El aumento de los precios de las materias primas en el mercado internacional se debe a la política monetaria cuantitativa excesivamente laxa de Estados Unidos y a las bajas tasas de interés que adoptan algunas economías desarrolladas, sostuvo Li Daokui, un asesor sobre política monetaria del Banco Popular de China, la entidad central del país.
Zhang Xiaojing, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de China, señaló que la excesiva liquiddez global no sólo contribuye al alza de los precios de las materias primas, sino que también intensifica la presión de la inflación sobre las economías emergentes, a través de la absorción de una mayor cantidad de capital especulativo.
El pasado 24 de febrero, el precio del crudo en el mercado de Nueva York alcanzó los 103 dólares por barril, mientras que en el de Londres llegó a 119,79 dólares. Los precios del oro, el algodón y otros artículos también se dispararon.
Con el fin de contrarrestar la presión inflacionaria importada, muchos países en vías de desarrollo elevaron las tasas de interés. No obstante, la cada vez más ancha brecha de las tasas sólo ha servido para atraer más "dinero caliente".