--Un poblado inaudito con ecosistema
casi perfecto subió de un brinco al escenario internacional
Bo’ao se sitúa en la ciudad de
Qionghai, provincia de Hainan, y en el estuario del río Wanquanhe.
Vista desde el avión, su isla central de Dongyu parece una tortuga
gigante nadando adentro del mar de China Meridional. De ahí el
nombre de Bo’ao (tortuga gigante). Bo’ao significa también “abarcar
el mundo con la vista” y “ser su cabeza”. Aquí los ríos Wanquanhe,
Jiuqujiang y Longgunhe convergen para morir en el mar de China
Meridional. En el mar interior Shamei, de ecosistema perfecto y
rodeado de montañas, playas de arena y campos de cultivo, la isla
de Dongyu, la de Shapo y la Yuanyang se miran unas a otras. Así
pues, Bo’ao reúne en sí ríos, lagos, mares, montañas e islas,
cocotales, playas, piedras raras, fuentes termales y tierras de
cultivo. La playa Yudai (franja de jade) está incluida en el Libro
Guinness de los récords mundiales como la “playa de arena
peninsular más estrecha que separa un río y el mar”. Es así porque
a un lado está el inmenso mar de China Meridional y al otro el río
Wanquanhe apacible y espejeante.
Aquí los accidentes topográficos y
geomorfológicos se asemejan mucho a los de la Costa de Oro de
Australia, a Miami de Estados Unidos y a Cancún de México. Gracias
a la protección medioambiental local casi intachable, los expertos
extranjeros describen a Bo’ao como la “tierra virgen con el medio
ambiente natural preservado en el estado más perfecto entre las
bocas de los ríos del mundo”. Aguas abajo del Wanquanhe está el
lugar donde Nü Wa (diosa de la mitología china) remendó el cielo
con piedras. Con la fusión del pasado y el presente, Bo’ao ha
constituido una “galería de cultura femenina del río
Wanquanhe”.
Tal vez se deba al ecosistema tan
ameno que Bo’ao, un poblado desconocido, se haya alzado de una vez
en el escenario mundial. Por otra parte, no es extraño que sus
hombres hayan ganado pingües retornos por su trato humano con la
madre naturaleza.
(19/04/2006, CIIC)
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