Una de las compañías de danza contemporánea más importantes del mundo, el grupo chino Tao Dance Theater, ofreció hoy un taller a 25 niñas y adolescentes de la favela (barrio pobre) de Cantagalo, en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, situada entre los turísticos barrios de Copacabana e Ipanema.

El taller forma parte del proyecto "Danzando para Nao Danzar ('Bailando para que las cosas no salgan mal')" y fue la primera presentación en Brasil de la compañía, que regresará al país sudamericano en abril de 2014 para participar en el Festival O Boticário na Danza, que se desarrollará en las ciudades de Río de Janeiro, Sao Paulo y Curitiba.

El taller de hora y media, impartido por cinco bailarines chinos en el complejo artístico "Espazo Crianza Esperanza (Espacio Niño Esperanza)" de Cantagalo", captó las atentas miradas de las jóvenes brasileñas por la actuación de esta compañía creada en 2008 y considerada la responsable de transformar el mundo de la danza en China.

El grupo tiene como característica la capacidad de descubrir posibilidades de movimientos del cuerpo hasta entonces desconocidos.

Al mismo tiempo, la presentación transmite una sensación de ligereza y se nota la demanda de mucha fuerza que necesitan los bailarines.

En la demostración, el grupo, que lidera el director artístico y coreógrafo Tao Ye, realizó un "workshop (taller)" para presentar su método de entrenamiento a jovenes.

Primero, una pareja de bailarines brasileños abrió el taller con una movida actuación, que vino seguida de otra en la que se exploraron los sentidos, el dominio de los movimientos y el conocimiento y exploración del propio cuerpo humano.

Como regalo final, los bailarines chinos ofrecieron al público una demostración de sus habilidades artísticas, con un gran aplauso final por parte de todas las jóvenes aspirantes a artistas.

Tras el taller en la favela, la compañía china se dirigió al Teatro Municipal de Río de Janeiro, donde realizó otra actuación.

El proyecto "Danzando Para Nao Danzar" fue creado en 1995 y atiende a 840 niños y adolescentes en 13 favelas de la ciudad de Río de Janeiro. Fi