El Clan de los Naxi eligió al buey como su ancestro. En un libro escribieron, el proscrito buey nació en el océano con sus cuernos penetrando en el cielo y sus patas rompiendo el suelo, pero finalmente murió a manos de los siete hermanos y hermanas, que ofrecieron entonces su cabeza al cielo, su piel a la Tierra, sus músculos a la tierra, sus huesos a las piedras, sus costillas a las montañas, su sangre a los ríos, sus pulmones al Sol, su hígado a la Luna, sus intestinos a los caminos, su cola a los árboles y sus pelos a las flores y el césped. Como resultado de ello, nació el mundo.