(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – El té ha sido un importante elemento de la vida diaria en China durante cientos de años. El té verde, negro, floral, amarillo... Las variedades son tan impresionantes como la manera en las que se sirven. Pero hay dos estrellas emergentes en las tazas del país, muy diferentes en color, profundidad de sabor y elaboración.
El té blanco, procesado muy ligeramente, y el té oscuro, con doble fermentación, apenas eran conocidos en muchos lugares de China hasta hace poco, y parece que están en pleno camino al resurgimiento.
El té oscuro ha sido parte importante del té de leche de Mongolia durante siglos. Su papel central en la vida de los tibetanos, donde se bebe bajo la forma del té de manteca, y los nómadas pueden llegar a consumir hasta 40 tazas de la bebida al día. El té oscuro es elaborado a partir de hojas de té viejas crudas oscurecidas hasta adquirir un color marrón oscuro durante un largo proceso de fermentación.
Por el contrario, el té blanco, producido sobre todo en la provincia de Fujián, en el sureste, se elabora con hojas de té y brotes secasdos al sol, manteniendo intactos los pelillos blancos de la planta. No importa si los días durante el proceso son nublados o lluviosos. Los lugareños simplemente extienden las hojas frescas en sus patios y las sellan en jarras cuando se secan para prevenir la oxidación, dando como resultado el suave sabor del té blanco.
Ambos tés tienen una larga tradición en China, aunque su fama se originó en zonas muy remotas del país. El té oscuro por ejemplo: se dice que en la dinastía Tang (618-907), cuando la princesa Wencheng se casó con Songtsen Gampo, rey del Tíbet de la dinastía Yarlung, el té llegó a la región por primera vez y fue cálidamente recibido por los lugareños. Por su cercanía, la provincia de Sichuán se convirtió en la principal fuente de producción de té y, para transportarlo, los sichuaneses inventaron una forma de prensar el té en bloques. Durante los largos trayectos, el té envejecía y se humedecía por el clima, dando como resultado la doble fermentación.
El té blanco está registrado en escritos hace ya 200 años en la ciudad de Fuding, en la provincia de Fujian. A diferencia del té oscuro, el blanco era exclusivamente utilizado por los lugareños de Fujian, que lo consideraron un secreto local hasta hoy.