Como la empresa Odyssey rechazó la devolución de las monedas, el gobierno de España le acusó en el año 2009 ante el Tribunal Federal de Florida de los Estados Unidos donde se sitúa la sede central de Odyssey. Después de escuchar las opiniones de ambas partes, el tribunal consideró España como el dueño del tesoro con el motivo de que Mercedes no era un barco comercial sino fragata nacional de España pertenecida a herencia nacional de la que la empresa Odyssey no tienen derecho de poseer.
La empresa Odyssey apeló varias veces de la condena a fin de cambiar y retrasar el veredicto. Recurrió hasta el 11º Tribunal de Circuito de Apelaciones. Y al final sobre la base de la sentencia original el tribunal anexó una orden de corte de que la empresa Odyssey tenía que devolver todos los tesoros en el barco a España antes del 24 de febrero.