Cuando Wendi Deng hizo una rara aparición pública hace un mes en el Festival Internacional de Cine de Shanghai, junto con su marido Rupert Murdoch, la impresión más fuerte que dejó en mi colega fue su altura: "es muy alta, realmente sobresale," me dijo.

Deng, posiblemente la mujer más poderosa en la escena global gracias a sus afiliaciones familiares, tiene una reputación bastante dudosa en su país de origen. Es bastante con decir que no es especialmente admirada o querida en China, sino que al contrario, siempre ha sido considerada como una caza maridos.

Sus detractores comentan cómo, gracias a la ayuda de una anciana pareja de estadounidenses, llegó a norte américa para cursar estudios universitarios y acabó casándose, aunque sólo para obtener la tarjeta de residencia americana. Para muchos chinos, este comportamiento va contra los principios morales chinos más básicos. Aunque no rompió ninguna familia, parece que lo hizo sólo por su conveniencia y no por que amara a su marido, 30 años mayor que ella.

Sin embargo, comentarios de este tipo han sido olvidados después de que Deng atacara a uno de los críticos de su marido durante la sesión parlamentaria del pasado martes. La mayoría de las opiniones vertidas en la red la animaban. En una encuesta de Sina Weibo, cera del 70% la animaban, 20% dijeron que el incidente había cambiado completamente su opinión sobre ella y sólo un 10% seguían creyendo que es una mujer manipuladora que no les gustaba.

Mucha gente ha asociado su reacción con una demostración de amor, convencidos de que su ataque era por amor a su marido. "Esto nos ha hecho creer en el amor de nuevo" resumía un post en Tencent, aludiendo a cómo la reciente ola de divorcios entre las celebridades habían hecho perder a los medios la confianza en la antigua institución del matrimonio.

Algunos han atribuido el ataque, medio en broma, a sus habilidades como jugadora de voleibol durante sus días de instituto en la provincia de Jiangsu. Otros bromean sugiriendo que le deberían asignar la tarea de proteger las islas del mar del sur de China por su enorme habilidad para proteger su territorio.

Sin embargo, no todo el mundo está convencido. Un ciudadano comenta que: "respecto las elecciones de Wendi Deng en su vida, pero espero que no la elevemos a algo de lo que estar orgullosos. Ella destruyó un matrimonio que la ayudó solo para obtener su tarjeta verde, y después destruyó también el matrimonio de Murdoch, que había durado muchos años. Ha sido su falta de escrúpulos lo que la ha ayudado todos estos años. Si admiramos su éxito presente, seríamos todos demasiado materialistas."

Tampoco faltan las teorías conspiratorias, que relacionan a Deng con la subida de los stocks de News Corp, sugiriendo que podría haber sido ella la que habría arreglado la operación.

Las virtudes tradicionales de una esposa china van desde ser reservada en público hasta poseer todo tipo de actividades, como la pintura o la música. Esta semana, Deng ha jugado el rol hasta el fondo, con un giro moderno. Mantuvo un tono bajo durante la mayor parte de la vista, aunque todo el mundo permaneció bastante conspicuo por el color de su vestido. Cuando la ocasión lo requirió, demostró una agilidad y una energía propias de las artes marciales chinas.

Zhang Yihe, una prominente erudita china, lo resumió de esta manera: "cualquiera que sea tu actitud hacia ella como persona, lo cierto es que ha demostrado ser la “perfecta esposa”."

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