Un bolso bordado de Shandong. [Foto: Guo Yingguang]

Con todos los coloridos aviones de papel que se acumulan ya en el interior de las cestas, la exposición se ha convertido en un auténtico vehículo de buenos deseos. Recuerda de alguna manera a esas creaciones de vanguardia de artistas de la escena artística internacional que a menudo invitan a sus visitantes a tomar parte en las exposiciones y declaran que sólo con sus aportaciones sus obras pueden considerarse completadas.

NAMOC es también estos días el anfitrión de muchos de estos artesanos del campo cuyos trabajos se exhiben en el museo y que muestran allí sus habilidades artesanales y responden a las preguntas de los curiosos.

Una mujer del pueblo de Heze, en el suroeste de Shandong, responde a varias preguntas mientras se afana en un telar situado en el centro de la sala de exposiciones principal. "¿Por qué deberían molestarnos las preguntas?" contesta con una sonrisa, sin dejar de trabajar un solo momento en su tela. "Siempre trabajamos y charlamos con nuestros vecinos así cuando estamos en casa, esto nos trae felicidad."

Si tienes suerte, incluso puedes conseguir un lazo de nudos chinos elaborado por una adolescente que trabaja en frente de una pila de cordones. "Esto no lo vendemos" comenta la niña, de unos quince años, que ocupa sus dedos en tejer nudos o motivos con forma de diferentes insectos. "Pero si esperas un momento, te haré uno enseguida!".

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