Existen muchos tipos de ágata, con diferentes pigmentos, impurezas y variadas formas y diseños. Esta piedra dura y resistente se puede dividir en opaca, translúcida y transparente. Sus colores pueden ser el rojo, azul, verde, verde claro, bronceado, marrón, negro u otros. Puede ser cortada o no, mostrar diseños o en algunos casos presentar un brillo oleaginoso o vítreo.
Si es categorizada por sus formas, el ágata puede diferenciarse como ónix, (incluyendo la sardonyx), ónix rojo, ágata musgosa (incluyendo el ágata dendritic), feldespato, ágata fuego y ágata con agua.
En la historia de China aparecen referencias a la urna de ágata en la época del emperador y el jade rojo, antes de la dinastía DongHan (25-200). El nombre del ágata se deriva de un sutra posterior a la dinastía DongHan, cuando el ágata, especialmente el ágata roja, era muy valorada. Una tienda de antigüedades colocó un cartel que dice que quien tenga un ágata sin color rojo siempre será pobre.
En épocas remotas los chinos describían el ágata como la cabeza del caballo, por la semejanza de su color y forma con esa parte de los equinos. Pero la palabra ágata se originó del sutra y entonces fue trasmitida por toda China, según Zhang Hongazo, famoso gemólogo y padre de la geología en la China moderna. En sánscrito, asmargarbha significa ágata.
Pero en la dinastía Tang (618-907), un eminente monje llamado Hui Lin explicó que “asmar quiere decir caballo y garbha significa cabeza”. Casualmente, Cao Pi, emperador de la dinastía Wei (220-265) dice en su libro Poesía de cabeza de caballos: “El ágata es el jade y proviene de la región occidental. Tuvo un cruce de vetas y luce como la cabeza de un caballo, por lo que las personas lo llamaron cabeza de caballo”.