El gobierno chino presta suma atención y respeta a plenitud la libertad de creencias religiosas de las diversas grupos étnicos del pueblo tibetano desde la liberación pacífica del Tíbet en 1951, señala un libro blanco publicado hoy jueves por la Oficina de Información del Consejo de Estado (gabinete chino).
El budismo tibetano es la religión que profesa la mayoría del pueblo tibetano y también parte muy importante de la cultura tibetana. Durante la prolongada historia, los tibetanos han creado sus propias costumbres étnicas y hábitos de vida, según el libro blanco titulado "Protección y Desarrollo de la Cultura Tibetana".
El viejo Tíbet aplicaba la teocracia, sistema religioso similar al de Europa en el Medioevo que integraba la política con la religión. La fuerza de capa superior representada por el Dalai Lama manejaba las arterias política, económica y cultural de la región, controlaba la entrada de los creyentes al paraíso, indica el documento.
Bajo el sistema de teocracia y autocracia religiosa, las personas corrientes no tenían en absoluto la libertad de creencias religiosas. Este sistema se convirtió en un yugo pesado que ahogaba la vitalidad de la sociedad y restringía el pensamiento del pueblo, recuerda.
La reforma democrática implementada en 1959 destruyó en lo radical el viejo sistema podrido y atrasado caracterizado por la integración de la política con la religión, así como la gobernación religiosa ejercida por budas vivientes de los monasterios encabezados por el Dalai Lama, hizo realidad la completa separación de la política y la religión, destaca.
Por otra parte, los monasterios fueron puestos bajo la administración democrática, y por consiguiente, ofrecieron una garantía institucional a la libertad de la creencia religiosa, agrega.