El té en China: pasado y presente

El té, la bebida favorita de los chinos y cuyo origen se remonta a hace más de 3,000 años, se ha convertido en una de las principales bebidas no alcohólicas del mundo, junto con el café y el cacao.

En la actualidad el té se cultiva en más de 50 países, sin embargo, China es la cuna del cultivo, producción y la cultura del té.

Según algunos estudios botánicos, hace 60,000,000 -70,000,000 años los arbustos del té ya crecían en el suroeste de China, en las actuales provincias de Yunnan, Guizhou y Sichuan.

El ritual del té en China evolucionó con el transcurso de los años. Al principio el té se servía como medicina. Según la mitología china, alrededor del siglo XXVIII AC, Sheng Nong, reconocido como el precursor de la nación china, se dedicó a probar todo tipo de hierbas para descubrir cuáles podrían ser útiles. Según se cuenta, en cierta ocasión tras haber comido hierbas venenosas, tomó té como antídoto.

Los antepasados chinos masticaban hojas del té por su sabor perfumado y fresco. Más tarde comenzaron a hervir sus hojas para beber el líquido, que sabía mejor y además tenía propiedades medicinales.

Durante la época de las dinastías Qin (221A.C.-206 A.C.) y Han (206 A.C.-220), los chinos elaboraban tortas de té, pulverizando y exponiendo las hojas al sol. Al beber, echaban parte de una tortilla a la tetera y agua hirviente con puerro, jengibre o naranja. Poco a poco el té dejó de ser un lujo de la corte real y los burócratas y se generalizó por todo el país.

Durante las dinastías Sui (581-618) y Tang (618-907), la época más próspera de la antigua China, se perfeccionó el proceso de elaboración del té. Para eliminar su sabor amargo, se solía cocía al vapor antes de pulverizarlo. Durante la dinastía Tang, el té ya era una bebida de moda que se tomaba con tazas especiales. En esa época, comenzaron a aparecer libros sobre la materia, entre ellos destaca el más antiguo "Libro clásico del té" de Lu Yu (733-804), conocido como el "Santo del té" chino.

Durante la dinastía Tang también comenzó a crearse el llamado "Cha Dao", o arte del té, ya que presta mucha atención a la selección del té, el agua, el juego de tazas, la forma de cocción del té y el agua y el entorno en el cual se bebe.

El Cha Dao no sólo trata del ritual del té, la cortesía y un estilo de vida saludable, sino también del espíritu tradicional chino basado en el confucionismo, el budismo y el taoísmo.

Durante las dinastías posteriores, apareció el té suelto, ya que las antiguas técnicas para hacer masa de té eran complicadas y deterioraban el sabor original de las hojas. La innovación consistía en secar el té al fuego sin pulverizarlo previamente.

Hasta la actualidad, se han cultivado diferentes tipos de té, cada uno de ellos con su particular forma de ser bebido, como el té negro, el Wulong, el verde, o el de flores.

Durante la dinastía Tang El cultivo del té empezó a extenderse a otras regiones del mundo y se convirtió en uno de los principales artículos de exportación de la antigua China. Durante la dinastía Song (960-1279), Japón introdujo en el país arbustos del té desde China, así como las tazas para beberlo. En 1607, Holanda importó la primera partida de té y la bebida se popularizó rápidamente en toda Europa, especialmente en Inglaterra.

En la actualidad, el té se toma de tres formas: solo (con un sabor fresco y natural), con ingredientes (tales como leche, sal, limón, perfume, etc), comúnmente tomado por los grupos étnicos chinos y los europeos o estadounidenses, a menudo acompañado con pasteles en las casas de té durante la representación de espectáculos o representaciones de baile, diálogos cómico, ópera, etc.

Últimamente ha aparecido el té en lata o embotellado. Según una encuesta, en los últimos diez años, el té -en todas sus variantes- se ha convertido en la tercera bebida más importante del mercado, después de las bebidas carbonatadas y el agua mineral.

Sin embargo, aunque China es el segundo mayor productor y consumidor de té del mundo, no ha logrado mucho éxito en el mercado internacional, debido quizás, a no tener marcas reconocidas mundialmente.

(18/11/2004)

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