Al cabo de ocho años de
investigación y desarrollo, los expertos rehabilitaron en la
provincia de Sichuan el “té taoísta de Qingcheng”, de gran fama y
desaparecido durante la dinastía Song del Norte (960-1127).
Por el “té taoísta de Qingcheng” se
refiere a una especie de té de clase suprema, con larga data y
profundo sedimento cultural. Lu Yu (733-804) dice en el Cha Jing
(El clásico de té): “Este té, que crece en el Pico Zhangrenfeng de
la montaña Qingcheng, Sichuan, es excelente”. El té de la montaña
Qingcheng, importante lugar de origen del taoísmo, forma parte
indefectible de la cultura taoísta de China. Antiguamente, muchos
campesinos locales vivían del cultivo de té en esta montaña y sus
cercanías. Gracias a su elevada calidad y técnica de elaboración
especial, el “té taoísta de Qingcheng” tenía fama ya antes de la
dinastía Tang (618-907) y después se convirtió en un tributo a la
Corte Song. Desafortunadamente, la represión del levantamiento de
Wang Xiaobo en 993 llevó a perder el “té taoísta de Qingcheng”.
En la investigación y rehabilitación
de este té tomaron parte Xu Jinhua, Vicepresidente de la Asociación
de Cultura de Té de Sichuan, y An Maocheng, Gerente General de la
Villa Hexiang de la Montaña Qingcheng. Acatando el legado del Gran
Maestro Fu Yuantian, Presidente fallecido de la Asociación Taoísta
de China, de “investigar el té taoísta de Qingcheng y enriquecer la
cultura de té de China”, y bajo la guía de Zhang Mingxin,
Presidente de la Asociación Taoísta de la Montaña Qingcheng, Xu y
An dedicaron ocho años enteros a la investigación y lograron
recuperar el “té taoísta de Qingcheng”, perdido hace mil años. An
Maocheng comentó: “El té taoísta de Qingcheng es tan verde y
hermoso como la espada. Su infusión, clara, bella y duradera, es
una excelente bebida verde de gusto taoísta”.
Zhang Mingxin dijo por su parte: “En
tiempos antiguos la gente se esmeraba mucho en la recogida de hojas
del té taoísta de Qingcheng y en su elaboración. Las hojas no se
recogían de la manera actual, sino junto con los tallos tiernos no
desprendidos, para así mantener así su vigor. Al palearlas en la
olla a fuego, se revolvían las hojas y los tallos juntos. Al mismo
tiempo se prestaba atención a la conservación de su verdor.
Únicamente de esta forma el té podía tener alta calidad y alta
nutritción. Una vez concluida la elaboración, se guardaba el
producto en receptáculos meticulosamente preparados”.
En su informe de examen los expertos
de la facultad de té de la Universidad de Agronomía de Sichuan
afirman: “El té taoísta de Qingcheng es bajo en contenido de
cafeína y alto en contenido de aminoácido. Es un té por excelencia,
puramente natural e inocuo para la persona”.
En los libros antiguos se llama al
té “hoja y tallo”, con alusión a la armonía, en tanto los taoístas
lo dicen “hierba de los inmortales”. Durante la dinastía Han del
Este, Zhang Daoliling (34-156) escribió 24 ensayos en Sichuan para
la difusión del taoísmo y dio a uno de ellos el título de “Hoja y
Tallo”. Desde entonces, Sichuan abastecía con té de alta calidad al
pueblo todos los años. Luego, durante la dinastía Jin del Oeste
(265-317), Zhang Zai comenta en el ensayo Subo al Edificio Baitu en
Chengdu: “El té aromático aventaja a cualquier bebida y nutre a
todo el mundo. Esta tierra es tan buena que uno puede vivir en paz
y con alegría”.
(25/05/2004,CIIC)
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