Los hans, dueños de una larga historia y brillante cultura
tradicional, son el grupo étnico mayoritario de China. Esta etnia
habla han, de la familia de lenguas han-tibetanas, y constituye el
93,3% de la población del país. Habita en su gran mayoría en el
norte, el este, el centro, el sur y sudeste de China.
Desde la antigüedad, sus danzas y
cantos son abundantes y atractivos y nunca han dejado de
desarrollarse. Hoy día, debido al alto ritmo de trabajo, el espacio
de habitar estrecho, las relaciones interpersonales un tanto
distanciadas y el acceso de la cultura extranjera y de la diversión
de alta tecnología, muchos hans que viven en las ciudades han ido
olvidando sus danzas, e incluso hay quienes no las conocen ni saben
bailar. De ahí surge el malentendido de que la etnia han no tiene
danzas propias. En realidad, sus danzas son muy ricas en contenido
y poseen una gran variedad. Aun un mismo género puede ser distinto
en estilo, forma y atuendo de región a región.
La Fiesta de la Primavera, que
comienza por el Día de Año Nuevo lunar, es la más solemne y
calurosa de la etnia han por tradición. Al llegar la nueva
primavera y cuando todas las cosas ganan vida nueva, la gente se
entrega por completo a las celebraciones, deseando cosechas
abundantes y la prosperidad para ellos mismos y el ganado, y
también es la única ocasión en el año en la que se divierten y se
relajan por completo en lo físico y lo mental.
En las zonas hans, la Fiesta de la
Primavera prácticamente dura desde finales del duodécimo mes lunar
hasta el último día del primero. Como preparación, todo el mundo se
atarea cosiendo ropa nueva, aseando la casa, arreglando ofrendas
para las ceremonias y cocinando manjares, con la esperanza de que
se cumplan sus deseos en el nuevo año. El primer mes lunar es una
temporada muerta antes de la siembra. Las celebraciones empiezan el
3 del primer mes lunar en el sur y el 5 en el norte, por lo general
alcanzan apogeo y terminan el día 15, que es la Fiesta de la
Linterna. Pero en algunas zonas las familias se reúnen de nuevo en
el hogar el 28.
Entre los festejos se practican las
danzas y cantos legados de las dinastías Song (960-1279) y Qing
(1644-1911). Desde la antigüedad la nación china toma al dragón por
tótem. Con el tiempo este animal mitológico ha sido endiosado. Se
cree que es capaz de volar por las nubes, revolver el río y el mar
y decidir sobre la sequía o inundación, debido a lo cual es muy
respetado por los hans, agricultores por tradición, y disfruta de
las ceremonias con ofrendas. Durante la Fiesta de la Primavera, de
norte a sur hay toda clase de imágenes del dragón en medio de la
ensordecedora explosión de cohetes y de su humo que tapa el cielo.
De todas las imágenes, la más conocida es la del “dragón de tela” o
“dragón de color” colosal, de diez metros de largo y hecho con
cintas de seda de color.
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En la Danza del dragón, los hombres
que sostienen el cuerpo del dragón con palos corren y se contornean
para exhibir cómo el dragón se revuelca por el suelo, sacude la
cola y se arrolla en una columna de jade. En la provincia de
Zhejiang es popular el Dragón de cien hojas, danza en que un grupo
de muchachas forman las escamas del dragón con las nubes y flores
de loto de papel o seda en las manos y, bajo la guía de un hombre,
se mueven con gracia cual si el dragón volara a través de las
nubes. En las aldeas del sur de China, los campesinos atan paja de
arroz para darle forma de dragón, le clavan encima varillas de
incienso encendidas y bailan el Dragón de paja en la noche vieja.
Así, en la oscuridad los espectadores admiran a un dragón de fuego
volando con chispas. Los hans también bailan la danza Dragón de la
tierra, transmitida de la dinastía Qing (1644-1911). Este dragón
tiene patas y camina por el suelo y, con la cabeza alzada, vomita
agua para anunciar buena lluvia en el nuevo año. Otra danza es el
Dragón del banco, popular en las zonas al sur del río Amarillo. Es
un dragón pequeño de fina confección y atado a un banco largo. Sus
tres bailarines, sujetando cada uno una pata del banco, trotan y
saltan dando vueltas al tañido retumbante de los gongs y
tambores.
Asimismo, se bailan el Dragón de
trozos y el Dragón de cinco segmentos, con el cuerpo de este animal
separado en trozos o segmentos. En las ciudades de Suzhou y
Hangzhou y en el norte de la provincia de Sichuan se bailan el
Dragón verde y el Dragón de papel, ambos de tamaño menudo. Y en las
aldeas de la costa de Zhejiang, los pescadores bailan el Dragón con
alhajas y el Dragón de dieciocho segmentos, de formas semejantes a
naves más que al animal propio. En pocas palabras, las danzas del
dragón son muy variadas y populares en las zonas de la etnia han,
cuyos hombres, descendientes del dragón, las bailan sobre todo en
la Fiesta de la Primavera, para dar plena expresión a la larga
historia y vasta cultura de su etnia.
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La Danza del león de los hans es
adaptada de la que arribó de Asia Central hace dos mil años. Con la
propagación de la cultura budista, esta danza de la Fiesta de la
Primavera, practicada con el estallido de petardos, se convirtió en
parte indispensable de las ceremonias para conjurar el mal y desear
bienestar y fortuna. De esta danza hay dos tipos: el león simpático
del norte y el león vigoroso del sur. En la danza del primer tipo,
el felino es amable y gracioso, juega con una bola grande, pisa un
balancín de sube y baja y es tan amigo con la gente como el gato de
casa. En la danza del segundo tipo, el león es portentoso,
amenazador y rápido y baila con una serie de movimientos
acrobáticos difíciles.
En el distrito de Chenggu, provincia
de Shaanxi, se practica de maravilla la danza cómica El monje
reidor y el león, interpretada entre este monje y el león mandado
al mundo a purgar su pecado por el Emperador Jade del cielo. Antaño
constaba de 108 partes, pero hoy ha sido reducida y se da en la
Fiesta de la Primavera. El protagonista es un león humanizado. La
parte más divertida es “la perezosa recoge la cosecha en la era”.
El argumento es así: La mujer, desempeñada por el monje, de cabeza
grande, se levanta en la mañana y demora lavándose y peinándose,
sin ganas de ir a la era. El león, acuciado por el deseo de purgar
su pecado, la insta a ir con insistencia. Por fin la mujer pasa a
la era cargando dos canasta con una pértiga al hombro. Con ayuda
del león trilla
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la mitad del trigo, pero en eso la entra sueño. Aunque está
tronando, se echa a dormir roncando en la esterilla. Viendo que va
a llover, el león la apresura a pararse, mas sin efecto.
Desesperado, le muerde los tobillos, la tira de la esterilla y la
pone en pie. Al final, entre ambos guardan bien los haces antes de
la lluvia. Así, la mímica hace un contraste perfecto y sutil entre
la diligencia del león y la pereza de la mujer. Cuando termina la
danza, el monje reidor despliega papeles con frases auspiciosas
para felicitar a la gente por la nueva primavera, llenándola de
alegría y esperanza.
El yangge es una danza supergrande
para resaltar el ambiente de las celebraciones masivas en la Fiesta
de la Primavera. Tiene docenas de formas de representación y se
practica precedido de un desfile pomposo. Los artistas pasan
actuando por las calles y los callejones, dirigiéndose a una plaza
espaciosa para presentarse de manera formal. Anteriormente, la
gente en el norte de China llamaba a estos espectáculos “fuego de
la comunidad” o “yangge” y a sus artistas “procesión del
yangge”.
A la cabeza del desfile va el
maestro de ceremonias que alza en alto un paraguas enorme, símbolo
de la buena lluvia y viento en el nuevo año. Por su detrás vienen
el grupo de la Danza del dragón y el de la Danza del león, seguidos
de otros más en este orden: el del “gran espectáculo”, cuyos
artistas, con cintas de color prendidas a la cintura y cogidas en
las manos, andan por la plaza formando dibujos de “dos calabazas”,
“cuatro puertas y una tolva colgada” y “flores en espiral”; el de
la danza Campo pequeño para demostrar el amor sincero entre los
jóvenes; el de muchachos que tocan con fuerza los tambores rojos
amarrados a la cintura y hacen poses de “combatir con el tigre”,
“volver la cabeza para mirar a la luna” y “dar tres mazazos
fuertes”; y el del “caballo”, el “barco en tierra” y el “asno
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trotando”. En este último grupo las tres cosas son fantasías,
hechas con palos de bambú o madera. Sobre el asno, la recién
casada, asistido del esposo, va a visitar a los padres.
Después llegan otros grupos: el de
zancos, cuyos artistas tienen la cara maquillada y visten ropa de
ópera; el del cuento popular “la pelea entre la garza y el
mejillón”, en el cual un artista que hace del ave pica las valvas
del molusco interpretado por otro artista; y el del “brasero” sin
fuego, adornado con flores y telas de seda y colgado del hombro de
un varón. En este grupo los artistas representan las piezas de
ópera populares Se inunda la colina Jinshan y Reencuentro de los
cónyuges en el puente Caoqiao. Los últimos grupos en venir son el
de niños de las aldeas, parados sobre las pértigas cargadas por
adultos y azotando los tamboriles sujetos al pecho; el de la Danza
con tazones de forma de flor de loto, originada del taoísmo, cuyos
artistas los tienen con velas encendidas y puestos en la cabeza,
los hombros y las manos para actuar como acróbatas; y el de
Portadores de pabellones amarrados a los palos altos con esfinges
de personajes de vivos gestos. Ahora todos los grupos entran en la
plaza grande para presentarse uno por uno de manera formal.
Las celebraciones apasionantes como
éstas en las aldeas y los poblados en el transcurso de la Fiesta de
Primavera duran hasta la Fiesta de la Linterna, el 15 del primer
mes lunar, cuando un millar de linternas sofisticadas y encendidas
en la noche en las calles y los callejones hacen del mundo humano
un paraíso de hadas.
Las danzas y cantos de la etnia han
practicados en las fiestas son tantos y tan ricos que resulta
imposible citarlos uno por uno y pormenorizar la descripción. Por
tal razón, se equivocaría pensando que esta etnia, de población
numerosa, carece de danzas y cantos propios.
(CIIC)
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