LHASA, 4 feb (Xinhua) -- Los tibetanos han pasado este lunes ocupados preparándose para el Losar, o Año Nuevo tibetano, que este año coincide con el Año Nuevo Lunar.

Durante la mañana, Tseringtso, de 60 años de edad y residente de Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet, asignó labores a los miembros de su familia; algunos se encargaron de las compras, otros de la limpieza y algunos más de la decoración.

Hoy es la víspera de próximo Losar en el calendario tibetano. El Año Nuevo tibetano normalmente se celebra con rituales religiosos, largas oraciones, carreras de caballos, reuniones familiares y banquetes.

Parado frente al "Qiema", una caja de madera rectangular de dos niveles que contiene cebada asada y trigo frito, Tseringtso comenta que las decoraciones en la mesa -- orejas de trigo, una cabeza de oveja de porcelana y una vasija de cebada de montaña, dátiles, carne de res seca, dulces, fruto secos, mantequilla y azúcar morena -- simbolizan la cosecha del próximo año.

En la localidad de Gatso del distrito de Tsonyi, a unos 5.000 metros sobre el nivel del mar y a unos 1.000 kilómetros de Lhasa, 20 funcionarios se preparan para cenar alrededor de una estufa de carbón de estilo tibetano.

"Tanto funcionarios tibetanos como Han observaron anoche la gala del Año Nuevo tibetano y comieron guthuk, un bocadillo tradicional similar a los ravioles. Esta noche no reunimos de nuevo para ver la gala por el Año Nuevo Lunar y celebrar la feliz ocasión", dijo Sun Chao, subjefe del Partido en el pueblo.

Al pie del monte Gang Rinpoche, considerado como uno de los destinos más sagrados por los budistas, pastores en Ngari se reunieron son sus familias y amigos, a pesar del hecho de que hace apenas un mes acaban de celebrar su propio Año Nuevo.

"Nuestra aldea se ha liberado de la pobreza en 2017. Pero los aldeanos continuarán trabajando diligentemente para mejorar sus condiciones de vida en el Año Nuevo", mencionó Jigme Dorje, jefe de la aldea de Gangsha, en Ngari.

Los días de servicios religiosos han concluido en el Monasterio Champa Ling en Chamdo, una ciudad a unos 1.200 kilómetros de Lhasa. En vísperas del Año Nuevo, Tenzin recibió a sus padres que vienen de la capital regional.

"Como monje, me siento bendecido de celebrar el festival con mi familia. Deseo un futuro más brillante para el Tíbet", expresó. Fin